domingo, 28 de junio de 2020

Capítulo 03: Civilización


 
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Viajaron por otro día más. Y justo antes del anochecer, entraron a las afueras de una ciudad.

Cuando vio las puertas de la ciudad, Haocheng se conmovió; finalmente podría ducharse y dormir en una cama. Ya no tenía porqué quedarse más en el desierto.

Pero Danning evitó las puertas y la multitud, caminanó por el costado de las murallas de la ciudad, la estaban pasando de largo.

—¿A dónde vas?— Le preguntó Haocheng. ¿No iban a entrar a la ciudad?

Danning se detuvo y le sostuvo la mano. Sus ojos verdes lo miraron fijamente.

¡Guauu! Su corazón dio un vuelco en su pecho. ¿Cómo podía de repente tomar su mano con tanto cariño? Aunque de repente se sentía tímido, estaba ansioso por lo que le tenía reservado su linda chica. Los ojos negros de él brillaban como los de un niño que ansiaba los dulces que le habían prometido.

Pero después de unos segundos, se impacientó. 

—Xiao- ¡Aahhh!— Sus palabras se convirtieron en un grito en el momento que se sintió levantado en el aire mientras ella saltaba sobre la muralla de la ciudad hacia dentro.

Tan pronto como aterrizaron, sus piernas estaban vergonzosamente débiles, haciendo que se le doblaran .

Volvió a mirar hacia la pared: tenía al menos tres pisos de altura. Y ella la había saltado, ¡y él miró hacia abajo! ¡¡y le tenía miedo a las alturas!!

No lloró, pero su rostro se puso blanco. Le temblaban las manos y seguía sin poder mover sus piernas.

—¿Por qué... por qué no usamos la entrada de la ciudad?— Dijo con los labios temblorosos. Miró a Danning casi con lágrimas, reprochándola. Recordando que acababa de gritar de pánico, quiso llorar.

Su masculinidad...

—Hubiera sido un problema...— Si la gente la veía, solo tendrían miedo y la señalarían. Aunque hacía tiempo que se había acostumbrado y no tenía sentimientos al respecto, sentía que era problemático y prefería evitarlo.

Estaba acostumbrada a estar sola. Cuando llegaba a una ciudad, buscaba un callejón oscuro para quedarse. Cuando tenía hambre, encontraba un vendedor fuera del camino para conseguir comida. Y si perdía su dinero, o se le acababa, se fue. Con su habilidad, nadie la alcanzaba a ver.

—¿Qué ocurre?— preguntó ella, no entendía por qué parecía estar reprochándole a ella. ¿Qué le había hecho?

Él permaneció en silencio. No podía decirle que tenía miedo a las alturas. ¡Nunca! No podría decirle algo así. Estaba preocupado por su respetabilidad como hombre, Haocheng solo podía tragarse estas... molestias con lágrimas y sonreír a regañadientes.

—Nada...— Su expresión no era como si no fuera nada. Danning lo vió, aún sentado en el suelo... y miró hacia la pared, recordó su grito y cayó en cuenta:

—¿Le tienes miedo a las alturas?— Preguntó incrédula.

El no respondió. ¡Era algo vergonzoso! Haocheng estaba demasiado molesto para responder pero su expresión le dijo la respuesta.

Danning no se rió de él, pero pensó que este chico era más débil de lo que había deducido anteriormente. Incluso le tenía miedo a las alturas. Eso sí, no dijo nada más. Tomó una bolsa de plata de su manga.

—Atrapalo.— Le avisó ella, arrojando el bolso en sus manos, y luego se colocó en un rincón.

Haocheng miró el bolso en sus manos, era pesado, calculó que había mucha plata ahí. En verdad, él también tenía algo de plata; se lo había quitado al guardia que lo había estado observando en el burdel. No era tan tonto como para escapar sin dinero, no quería morir de hambre. ¿Quién hubiera pensado que aunque tuviera dinero, se estuvo muriendo de hambre durante dos días?

También tenía mucha hambre ahora, después de un día caminando, aún no habían comido. Su estómago estaba vacío y había sonado ya muchas veces, y luego llegó a tener miedo de sentirse aún más hambriento.

¿Pero por qué le había dado dinero? 

Se rascó la cabeza y frunció el ceño. 

—¿Qué quieres que haga con este dinero? 

¿Quería que tomara este bolso lleno de plata y se largara?

—Ve de compras, come y busca una posada para dormir.— Respondió Danning mientras se apoyaba contra la pared, apoyaba su mano sobre una rodilla levantada y cerraba los ojos para descansar.

Oh bueno, ella no estaba tratando de deshacerse de él. Suspiró aliviado, 

—¿Y tú?— ¿No iba a ir con él?

Danning no respondió, pero tan pronto como él hizo la pregunta, se dio cuenta de por qué no habían entrado por las puertas de la ciudad, sino por las paredes.

El callejón en el que estaban era apartado y oscuro, como en el que se conocieron por primera vez.

No quería encontrarse con personas; ella planeaba pasar la noche aquí.

¿Era así cada vez que ella iba a una ciudad?

Debido a su apariencia como mestiza, Danning debe haber sufrido mucho; no pudo evitar sentirse angustiado. Él se inclinó impulsivamente, estiró los brazos y la abrazó. 

—No te preocupes por esas personas ignorantes, Xiaojiu. Me tienes a mi ahora, no hay necesidad de tener miedo. ¡Eres mortalmente linda!— Oh, ella era tan suave y fragante en sus brazos, no pudo evitar acurrucarse y frotar su nariz contra su piel.

A decir verdad, él realmente quería abrazar su cintura y enterrar su rostro en su pecho, pero por la preservación de su vida, no se atrevió. No importaba, solo la abrasaría por ahora. 

Pero no pudo evitar arrepentirse anoche, por desgracia, sabía que ella había estado bañándose, lamentaba haberse rendido demasiado fácilmente y no ir echar un vistazo.

Cuando habían terminado de comer ese día, Danning le entregó un trozo de tela y le dijo que se tapara los ojos. Le vendaban los ojos sin razón, y había una corriente al lado de ellos; En ese momento, su corazón comenzó a latir con fuerza y ​​su cabeza inferior estaba llena de pensamientos perversos sobre lo que podía a hacer su  linda Xiaoningning.

Sin embargo, una mirada a esos fríos ojos verdes y le recordó su delgada daga. No dudó en tomar la venda de los ojos y cubrírselos. También levantó la mano prometiendo no mirar.

¿Se arrepentía? ¡Por supuesto que sí! 

¡Oh, cómo hubiera querido echar un vistazo! El sonido de salpicaduras de agua, ¡guau! ¡Qué imagen tan fantástica creó en su mente! Pero no se atrevía a pensar en nada sexual, o temía delatarse y que le terminara rebanando el cuello.

Pero ahora que estaba sintiendo el suave cuerpo de Xiaojiu-xiang en sus brazos, lo lamentó. Debería haber dado una mirada escurridiza esa noche.

Cuando Haocheng la abrazó, Danning inmediatamente preparó su dedo índice para apartarlo de ella. No estaba acostumbrada a que alguien se le acercara tanto, y estaba limpia. Sin embargo, él no tenía un olor fuerte, normalmente odiaba el olor de otras personas.

Pero... él había dicho que era linda... Frunció ligeramente los labios y bajó la mano, pensando en sus palabras.

—¿Qué si me importa?— Ella repitió las palabras que dijo él, e inclinó la cabeza con perplejidad. —¿Por qué debería importarme?—¿Por qué le importaría lo que pensara una persona cualquiera?

—¿Ah?— Él la miró creyendo que ella estaba fingiendo ser fuerte, pero su expresión decía que no. Con cierta reticencia, la soltó. Si la abrazaba mucho más tiempo, sospecharía que se estaba comiendo su tofu. Él la miró a la cara.

Su expresión era normal, fría. Bien, no sospechaba de él.

¡Oh si! Robar tofu era exitoso, ¡woo! ¡Jaja!

Con cuidado de no exponerse a sí mismo de que había escapado del desastre, con una sonrisa de satisfacción en su rostro, se rascó la cabeza y preguntó: 

—Si no, ¿por qué estás evitando la multitud?

—Es molesta.— Esa fue toda su respuesta. No le gustaban las multitudes y también le gustaba estar limpia. 

Al verla con una expresión indiferente, Haocheng se dio cuenta de que a su Xiaojiu no le importaba si la llamaban fantasma o la temían, porque ni siquiera los consideraba en absoluto. Simplemente evitaba a las personas porque eran ruidosas.

Esto... no podía explicar la sensación en su pecho mientras su corazón latía dentro de él. ¿Qué debería hacer? Sintió que Xiaojiu se estaba volviendo cada vez más atractiva. Por el contrario, él era una persona que desvergonzadamente solo había estado pensando en comer su tofu.

Haocheng admitió sus propios defectos. La miró directamente con ojos que ahora eran dos corazones.

—Xiaojiu, ¡eres increíble!— Ella no entendió lo que quería decir, pero desvió su mirada.

Ah, su Xiaojiu era tímida de nuevo.

Haocheng se puso de pie, aunque sus piernas aún estaban inestables, quería alcanzar a su increíble esposa. No podía hacer menos.

—Ven.— dijo él tomando su mano y tirando de ella hacia él. —No duermas aquí. Vayamos a la posada y comamos algo sabroso.—

Danning lo miró con el ceño casi imperceptible. Quería negarse, no tenía hambre y no quería quedarse en una posada, pero ante su sonrisa, ella dudó. Sin darle la oportunidad de negarse, la levantó y le dijo coquetamente: 

—Siéntete segura. Estoy a tu lado, no te prestarán atención.

Aunque era de noche, la ciudad estaba brillantemente iluminada y bulliciosa, adornada por faroles exquisitos.

Fue el Festival de Shangyuan ese día. Los niños pequeños corrían con linternas pequeñas en sus manos. Las casas de té y los restaurantes estaban llenos de clientes. Había un mercado nocturno muy concurrido, con vendedores que anunciaban en voz alta sus productos. Pero cuando vieron venir a la pareja de jóvenes, se detuvieron y los miraron boquiabiertos.

En la tradición de la dinastía Shengyuan, hombres y mujeres se dejaban crecer el cabello hasta la cintura. Pero el joven frente a ellos tenía el cabello corto, lo cual era sorprendente, pero no era por eso que lo miraban.

Sus hermosos ojos eran claros como el agua de otoño, llena de flores de durazno. Su hermoso rostro no tenía defectos. Aunque su cabello era corto, se adaptaba a su belleza juvenil, y su camisa raída no dañaba su brillo. Sus delgados labios estaban sonriendo, y cualquiera que lo viera no podía evitar sonrojarse. Con su aspecto increíblemente atractivo, no solo las mujeres, incluso los hombres se hallaban deslumbrados.

Algunas personas notaron que el chico guapo sostenía a una muchacha en la mano de su túnica roja. La tez de ella era blanca, sus rasgos faciales eran más profundos que la gente común y sus ojos brillaban de color verde como las libélulas iridiscentes. Deberían sentir miedo, pero el hermoso niño era lo suficientemente impactante, como para que la chica ya no pareciera aterradora.

Haocheng estaba satisfecho con la reacción silenciosa de la multidud; ¡La cara de Hao Yue* era monstruosamente encantadora, era de mucha utilidad!

(N/T: *Recordemos que Hao Yue es el dueño original del cuerpo)

Más importante aún, tenía la excusa perfecta para sostener la pequeña mano de Xiaojiu. Se permitió sentir su mano callosa y se dió cuenta de que tenía las palmas delgadas. La mano de Hao Yue era más suave que la de ella, pero Haocheng estaba feliz de tener su mano en la suya. Se volvió para sonreírle.

Ya veía a lo que se refirió. Había una cara tan encantadora delante de ella que a nadie le importó su apariencia.

Mirando su sonrisa, sus ojos verdes brillaron. Danning estudió la reacción de las personas a su alrededor: lo miraban mucho. De repente sus ojos verdes se enfriaron.

No le gustaba que la gente lo mirara así, esos ojos obsesivos le provocaban emociones complejas. Quería sacarles los ojos para que nunca lo volvieran a mirar. 

Su mano estaba ansiosa por soltarse, la delgada cuchilla se deslizó de su puño y cayó sobre su palma mientras Haocheng la arrastraba hacia la entrada de una posada, sin darse cuenta de las emociones por las que estaba pasando ella, se volvió y le sonrió. 

—Xiaojiu, si nos quedamos aquí esta noche?

Ella no respondió, solo se le quedó mirando.

—¿Qué pasa?— Preguntó él, dándose cuenta de que no se veía bien. Su hermoso rostro se volvió preocupado.

—¿Estás cansada?

La expresión de Danning cambió de irritada a taciturna, suspiró y silenciosamente guardó la daga.

—Entremos.— Dijo ella.

—¡Oh!— Al mirarla, sintió que su estado de ánimo se había recuperado. ¿Estaba pensando demasiado? Frunció el ceño, pero no se molestó con eso. Ella parecía estar bien.

Felizmente la condujo al restaurante. 

Danning dejó que él continuara sosteniendo su mano, pero ella miró sus manos unidas, con los labios fruncidos.

Tan pronto como entraron, el ruidoso restaurante se calmó; los clientes lo miraron aturdidos. Él se había acostumbrado ya, así que ignoró las miradas y llamó a un camarero.

Pero incluso el camarero estaba atónito por su apariencia. Haocheng frunció el ceño y gritó más fuerte.

—¡Oye! ¡Camarero!

El sonido despertó al joven y se apresuró hacia ellos. 

—Oh, sí, invitado de honor.— Su mirada todavía parecía hipnotizada por Jiang Haocheng. —¿Le gustaría comer o quedarse a pasar la noche?—

—Nos quedaremos. Danos dos buenas habitaciones y prepara bañeras también.— Le ordenó Haocheng mientras sacaba plata y se la entregó al camarero. —Además, ¿puedo molestarte con dos conjuntos de ropa?—

Se giró para mirar a Danning y se volvió hacia el camarero: 

—Por favor, ayúdame a elegir una túnica roja para esta chica.

Contra la piel blanca de Xiaojiu, el rojo se veía mejor.

—Sí, por supuesto.

El joven no solo era guapo, también su voz era exquisita. La mirada del camarero se dirigió a la chica que lo acompañaba. Brillantes ojos verdes lo miraron, sorprendiéndolo. Él estalló en sudor frío.

En realidad no era aterradora, pero su mirada gélida envió escalofríos por su columna vertebral. Había conocido a mucha gente en su trabajo, por lo que pudo deducir que la chica estaba molesta porque había estado mirando al apuesto joven.

Por el bien de su insignificante vida, el camarero inmediatamente bajó la cabeza y no se atrevió a cruzar la mirada con la joven otra vez: 

—Invitados de honor, permitan que este sirviente los lleve a sus habitaciones. Los baños serán traídos después.—

Haocheng no vio nada inusual en el comportamiento del camarero. Tampoco se dio cuenta de que detrás de él, Danning había mirado alrededor del restaurante a todos los clientes con su mirada fría. Los asustados invitados regresaron rápidamente a sus comidas y no se atrevieron a mirar al joven otra vez.

Danning estaba satisfecha con eso. Ella volvió a su expresión estoica y se mantuvo tranquilamente detrás de Haocheng, sus manos todavía sosteniéndose.

Después de que fueron conducidos a sus habitaciones, los baños humeantes llegaron. 

Danning miró fijamente a Haocheng. Él era muy consciente de sí mismo.

—Iré a mi habitación y me bañaré. Podemos cenar después. 

Con una sonrisa de despedida, se dio la vuelta y la dejó a solas.

Su habitación estaba al lado de la de ella, y sobre la cama había un conjunto limpio de ropa. Alzó una ceja; no esperaba que el servicio de este antiguo establecimiento fuera tan eficiente. Se quitó rápidamente la ropa sucia, se volvió hacia su baño para encontrar pétalos de flores flotando sobre el agua. Estaba sin palabras. ¡Por favor! Era un hombre, ¿cómo esperaban que se bañase en flores?

Incapaz de soportar los pétalos, los sacó uno a uno y arrojó al suelo con desaprobación. 

Sosteniendo la pastilla de jabón, comenzó a lavarse. En menos de media hora, salió de la bañera, se secó la piel y se puso la ropa nueva. Se acercó al espejo y sacudió la cabeza mientras suspiraba: encantador... se veía encantador.

La túnica blanca de brocado lo hacía lucir elegante. Su cara blanca tenía un ligero sonrojo por el calor del baño, sus ojos brillaban y sus labios estaban rojos, sus extremidades se veían delgadas. Tenía una apariencia hermosa y tentadora.

Por desgracia, cuanto más se veía, más triste se ponía.

Se dio la vuelta y salió de su habitación para ir al lado. No tocó, sino que entró directamente. De verdad no fue intencional, sabía que la bañera estaba detrás de una mampara y no podría ver nada, solo se olvidó de tocar.

Pero al ver a Danning lavarse y vestirse de pie frente a su cama, dejó a su corazón un poco perdido.

Se giró para capturar su mirada de arrepentimiento, sus ojos verdes se estrecharon.

—¿Qué ocurrió?

—Nada.— Atinó a responder, sacudiendo la cabeza con la conciencia culpable. 

Las nuevas túnicas rojas la hacían lucir más delgada, y su largo cabello negro estaba mojado y pegado a su cara, haciéndola parecer inofensiva y frágil.

Ah, no pudo evitarlo. Dio un paso adelante con los ojos brillantes, y su rostro juvenil y delicado mostró un rastro de coraje viril.

Danning no pudo evitar mirarla mientras se acercaba a ella y le ponía las manos sobre los hombros y le acercaba la cara a la suya.

—Xiaojiu.— Dijo con cuidado. —¿Puedo cortarte el pelo por ti?

Había aguantado por mucho tiempo; El cabello de Xioajiu era encantador, largo y liso. Pero no se molestaba en peinarlo, como estilista no podía mirarlo por un minuto más.

Danning estaba molesta, no entendía lo que él estaba pensando.

—Ven.— Le dijo sin esperar una respuesta. La hizo sentarse ante el espejo de bronce y tomó un par de tijeras del tocador. Presionó su hermoso rostro contra su mejilla y le sonrió a través del espejo.

—No te preocupes, te cortaré el cabello muy bien.

Por supuesto, él no conocía la tradición de que las mujeres Shengyuan nunca se cortaban el pelo. Pero a Danning no le importaba realmente esto, su cabello se lo dejó así de largo simplemente porque era demasiado perezosa como para prestarle atención.

Viendo que realmente quería usar las tijeras, ella simplemente le permitió hacerlo.

Al ver que no expresó ninguna objeción, Haocheng sonrió. La miró unos minutos y luego comenzó a cortar. Él le cortó el cabello hasta la cintura, luego lo recortó y lo peinó suavemente. Media hora después, dejó las tijeras con satisfacción. No eran tijeras para el cabello, pero él era bueno en su oficio y supo utilizarlas bien.

Él adelgazó el cabello a los lados de su cara, exponiendo ligeramente sus orejas. Su largo cabello ahora caía en suaves olas, dejando a su rostro más iluminado sin el grueso cabello tapándola.

Mirándola bien ahora, no parecía tan fría.

Él asintió con satisfacción. 

—Te ves muy hermosa.— dijo con orgullo. La miró llena de anticipación. —Xiaojiu, ¿te gusta?—

Mirándose en el espejo, Danning no sintió nada, pero al ver su expresión espectante, ella asintió.

Al ver que a Xiaojiu le gustaba, Haocheng estaba listo para estallar de alegría, por lo que preguntó sin vergüenza: 

—¿Puedo obtener una recompensa?

¿Una recompensa? Danning todavía no procesó completamente la frase cuando se inclinó y la besó.

Después de robarle el beso, él se retiró rápidamente y dijo con inocencia: 

—No puedes estar enojada; fue una recompensa. 

Pero su expresión era como la de un gato que consiguió crema.

¡Oh, sus labios eran tan dulces y suaves! Si no sintiera miedo por su vida, habría ido más allá incluso.

El repentino beso sorprendió a Danning, sus labios aún estaban cálidos por su toque. Y descubrió que no odiaba cómo sabía.

Cuando ella no dijo nada, Haocheng comenzó a preocuparse. No podía estar enojada ¿verdad?

—Xiaojiu...— Estaba a punto de decir algo para arreglarlo, pero su barriga eligió ese momento para rugir. Tocando su vientre hambriento y escuchando los gruñidos, Haocheng no se sintió avergonzada de escucharlo, no era la primera vez.

¿Qué podía ser más importante que Xiaojiu no estuviera molesta con él por comer su tofu?

Danning había escuchado su panza hambrienta, y ella se acercó a él.

¿Hmm? Haocheng miró su mano y no reaccionó.

—¿No tienes hambre?— Preguntó estirando su mano hacia él.

Haocheng de repente entendió. Xiaojiu no solo no estaba molesta con él y sino que también activamente le dejó tomar su mano. ¿Era este un gran paso para ellos dos?

De repente se sintió lleno de felicidad y sonrió aún más, haciendo que sus ojos se estrecharan en regocijo. Mientras sostenía su mano, su corazón estaba lleno de alegría.

—Le pedí al camarero que preparara una mesa lejos de los otros invitados, en donde podemos ver las festividades.—  Le dijo él cuando salieron de la habitación. Sabía que a ella no le gustaba que la miraran, así que lo arregló todo.

Danning lo siguió en silencio, ahora acostumbrada a escucharlo hablar. Sus ojos verdes miraron sus manos entrelazadas, y sus labios se alzaron en una sonrisa tranquila.

Su mano... en la de él... no era algo que odiara.

✿✿✿ 

Tarde en la noche, el mundo estaba en completo silencio.

Se deslizó una regla delgada en la costura de la puerta y se empujó hacia arriba, se escuchó un suave clic y se abrió la cerradura de la puerta y esta se abrió suavemente.

Una figura entró sigilosamente en la habitación y cerró cuidadosamente la puerta colocando la cerradura de madera. La figura se volvió hacia la habitación, frotándose las manos de alegría mirando la cama frente a él.

En la oscuridad, la figura se rió en silencio y lentamente caminó hacia la cama.

—Oh, belleza, ya voy.— Dijo una voz masculina mirando a través de la gasa. Estaba a punto de abrir el dosel y saltar sobre la belleza cuando una cuchilla fría apareció contra su garganta.

Se congeló en un instante, se giró para ver ojos verdes y brillantes en la oscuridad, y brotó un sudor frío.

—Sal ahora si de verdad quieres vivir.— Dijo una voz tranquila, pero en la oscuridad de la noche la voz hizo que su corazón se congelara.

El hombre no dudó, rápidamente se volvió hacia la puerta.

—No de esa manera.— Advirtió la voz fría.

El hombre cambió inmediatamente de trayectoria y saltó por la ventana.

Danning enfundó su espada; ese era el décimo esta noche. Ella podría quitarles la vida de una vez, esas personas ni siquiera tendrían la oportunidad de gritar, pero temía que el olor a sangre lo molestara. Ella solo podía desmotivarlos y dejarlos ir.

Levantando el dosel, miró la agradable figura dormida en la cama.

Estaba durmiendo profundamente, sosteniendo la colcha. 

—Xiaojiu...— Llamó mientras dormía, su rostro dejaba ver una sonrisa pervertida. No estaba para nada enterado de que había estado en constante peligro de ser violado.

Ella no sabía qué decir. Los ladrones de flores habían aparecido muchas veces ya, pero él siguió durmiendo sin ningún sentido de preservación. Era demasiado indefenso, ¿cómo había sobrevivido hasta ahora?

Danning no podía entenderlo.

Comenzó a mirar su cara dormida. Lo vió volver a murmurar su nombre a través de esos suaves labios y suspirar suavemente.

Al mirar sus labios, recordó la sensación cuando la había besado, el toque suave que no le pareció tan aborrecible... incluso estaba un poco curiosa.

Sin dejar rastro de vacilación, ella se inclinó y cubrió sus labios con los de ella.

Se echó hacia atrás.

—Hmm~ — Él gimió felizmente mientras dormía, agarrando la colcha que temblaba tímidamente.

Sus labios estaban manchados con el aroma de él, pero no lo encontraba molesto. Esta persona era débil, pero no lo odiaba.

—Xiaojiu...— Llamó de nuevo, sosteniendo la colcha más apretadamente.

—Sí...— Suspiró. 

Sus ojos verdes ya no eran fríos, sino que comenzaban a mostrar ternura.

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