miércoles, 17 de junio de 2020

Capítulo 01: ¡Corre, chico, corre!

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Para salvar su castidad, Haocheng aprovechó la conmoción de afuera que se provocó durante la subasta; rompió un jarrón sobre la cabeza de un viejo guardia, robó su ropa y se escabulló entre la multitud para escapar rápidamente del Salón.

¡Pero necesitaba explicar cómo quedó atrapado en este horrible y anticuado lugar!

La razón era simple: un accidente aéreo. ¡Jaja! ¿Era suficiente sangre de perro*?

(N/T: *Al parece sangre de perro significa algo así como melodrama. Gracias traductora inglesa)

Había ganado un gran premio para viajar a París; se había llevado a su hermana mayor y a su mejor amiga con él.

Cuando el avión cayó al suelo, su hermana le estranguló el cuello mientras lo maldecía.

¡Pero por favor! ¿Era culpa suya que el avión se estrellara? ¿Acaso él hizo que se cayera? ¿No creía que apreciaba su propia vida?

Sin embargo, en ese momento no hizo nada respecto a esas palabras. Era inútil de todas formas. Haocheng se enfrentó a la muerte con la mente abierta. Y murió.

¿Quién hubiera adivinado que no murió en realidad? sino que despertó en este extraño lugar en el cuerpo de una débil gallina. Aunque era una persona de mente abierta, por un momento quedó atónito.

Especialmente, cuando había una gallina vieja a su lado.

La cara de la anciana tenía un maquillaje tan espeso que parecía una pared de yeso. Ella le puso una mano en la cintura y le ladró, diciéndole que ni siquiera debería pensar en suicidarse, con la plata que había gastado en él, incluso si fue antes que el Rey, se aseguraría de arrastrarlo de regreso.

Haocheng no podía entender lo que estaba diciendo, solo podía mirar su boca y preguntarse: Con un polvo tan espeso, ¿no tenía miedo de que se le partiera y se derramara de la cara?

Más tarde gracias a un pequeño sirviente descubrió lo que estaba pasando.

El dueño su cuerpo se llamaba Hao Yue. A la edad de diez años lo habían vendido al Salón. Ahora tenía dieciocho, y la Tía, es decir, la gallina vieja, pensó que Hao Yue siendo inusualmente guapo sería una vaca de la fortuna en el futuro. Ella gastó mucho dinero enseñándole caligrafía, ajedrez y pintura. Cuando tenía catorce años, ella comenzó a dejar que se hiciera cargo de los clientes. En un corto mes, Hao Yue se convirtió en el cortesano más popular del Salón. Muchos hombres ricos querían que él los atendiera, y muchos más querían comprar su primera noche.

Esa gallina inteligente decidió subastar su primera vez cuando cumplió dieciocho años.

Hao Yue no podía aceptar esta realidad, se resistió sin conseguir ningún resultado, y finalmente, se ahorcó y murió. Y fue en ese momento que Jiang Haocheng transmigró dentro de él.

Pero, ¿qué demonios era esto? Muchos otros transmigraban a emperadores o a héroes, ¿por qué tuvo que ser un xiaoguan*? Además, ¡uno a punto de perder su virginidad! Solo ganó un premio, y él, su hermana y Du Miaofu, esa diabla desafortunada, terminaron muriendo juntos; ¿Era necesario hacerle todo esto? 

(N/T: *Un prostituto, cortesano)

Durante el choque, su hermana mayor lo agarró del cuello y gritó: 

—¡Jiang Haocheng! ¡Esta mujer te maldice, no te dejaré morir!

Haocheng no pudo evitar sacudir la cabeza; habíamos estado en el mismo bote, ¿no estaba la maldición de su hermana llevándolo demasiado lejos?

Haciéndolo convertirse en una débil gallina, un pequeño shou , con un rostro tan hermoso lo tenía cautivado a él mismo, ¿podría la maldición de su hermana mayor ser digna de los antepasados ​​Jiang?

Al darse cuenta de que había transmigrado a un débil cuerpo, quedó devastado. ¿Por qué no solo lo mataron? ¿Era necesario hacerle esto? Era tan víctima como su hermana, ¿de verdad necesitó maldecirlo?

¡Demonios! Si volviera a encontrarse con su hermana mayor, se quejaría de su sangre y lágrimas. Haocheng en ningún momento consideró que jamás volvería a ver a su hermana. Con su optimista cerebro unicelular, decidió que si había transmigrado, ¡su hermana y Miaofu también deberían haberlo hecho!

Esto lo dejaba menos triste. Solo estaba en shock porque ahora era un debilucho y su pequeño crisantemo estaba en peligro.

¿Cómo podía dejarse empujar por un hombre, cuando él era el que empujaba a otros hacia abajo? ¡Puh! ¡Bah! ¡Bah! Él escupió. A él, Jiang Haocheng, solo le gustaban las mujeres. No le interesaban los hombres con sus mismos atributos. 

Así que ahora Haocheng sabía a qué se enfrentaba, incluso si no tenía idea de dónde demonios estaba este lugar perdido llamado Dinastía Shengyuan, ¿y cómo se supone que debía saberlo? ¡Sabía de la dinastía Yuan, la Tang, la Qing, pero nunca había oído hablar de la dinastía Shengyuan!

No importaba, ¡lo que era más imperativo en este momento era proteger su castidad!¡Así que tuvo que escapar, por supuesto!

Pero desde el intento de suicidio, la gallina vieja lo había estado vigilando de cerca. Donde quiera que fuera, alguien lo observaba. Incluso el joven que lo atendió lo estaba vigilando.

Además, la gente que lo vigilaba sabía que no tenía poder. Su guardia era robusto, el doble de fuerte que él. Aunque, una vez fue un joven invencible, sus brazos ahora eran como patitas de pollo. Podía leer un libro, pintar mariposas revoloteando y tocar el laúd, ¿pero golpear a la gente? ¡Olvídalo!

A pesar de su falta de intelecto frente a su crisis actual, Jiang era muy consciente de sus limitaciones. Así que para asegurar su escape, solo podía esperar hasta el momento en que el salón de banquetes estuviera más relajado y distraído, que sería durante la subasta.

Cuando sintió que era el momento adecuado, se escondió detrás de la puerta con un gran jarrón y gritó en su habitación, haciendo que el guardia entrara corriendo. Acto seguido, golpeó el jarrón sobre la cabeza del guardia.

¡Ugh! Un macho como él haciendo estos ataques afeminados hacía trizas su orgullo.

Le quitó la ropa a su guardia, lo ató y le metió un trapo en la boca. Haocheng se colocó la ropa de gran tamaño y se cortó el pelo hasta la cintura.

¡Oye! No lo subestimen; había sido un estilista famoso en Nueva York. No podía contar cuántas mujeres hacían cola para acordar citas con él. A veces, trabajaba entre bastidores en algún desfile, diseñando el cabello de las modelos. Había sido muy famoso en la industria de la moda.

En diez minutos, cortó un peinado halagador para Hao Yue que lo hizo ver incluso apuesto, en lugar de lindo; disimulando la apariencia afeminada. Sacó el carbón que había escondido y lo untó en su cara para después ponerse un sombrero y salir por la puerta. Mantuvo la cabeza baja, evitando las multitudes y fue por la puerta trasera.

Justo cuando salía, oyó gritar a alguien adentro seguida de una fuerte conmoción entre la multitud. Haocheng sabía que había sido descubierto.

Comenzó a correr desesperadamente, esquivando aquí y allá para que la multitud pudiera esconderlo, ¡pero aún podía escuchar gritos detrás de él! Estaba asustado, sus piernas eran demasiado cortas. Había pensado que había corrido bastante bien, ¡pero su cuerpo era muy débil!

Haocheng estaba sin aliento ya, sus piernas eran suaves pero no se atrevió a detenerse. Dobló por un callejón; corrió hacia el este, corrió hacia el oeste ¡y luego se encontró de regreso en un callejón sin salida!

¡Estaba perdido!

Mirando el callejón cerrado ante él, se inclinó sin aliento sobre sus manos y rodillas. Le temblaban las piernas por el esfuerzo. Sentía que se le iba a salir el corazón del pecho. Tragó saliva mientras se apoyaba contra una pared jadeando.

Mirando sus piernas temblorosas, estaba seguro de que ya no podía correr. Realmente no podía decir nada bueno sobre el débil cuerpo que había heredado. Y también estaba perdido. Realmente no se le podía culpar por eso, no todo era desconocido en esta ciudad, y solo había querido sacarse de encima a sus cazadores.

Si bien se sentía a salvo por ahora, no podía quedarse ahí para siempre, la gente conocía bien la ciudad, tarde o temprano lo encontrarían. Tenía que escapar de la ciudad.

Pero...

—Maldita sea, ¿dónde demonios estoy?

Haocheng miró a su alrededor, pero no había luz. El callejón estaba en la oscuridad, y él había olvidado de dónde había venido.

¿Qué debía hacer? ¿Acaso era mejor salir y arriesgarse?

Haocheng dudó; tenía miedo de encontrarse con sus perseguidores. Y en su situación actual, esa era una posibilidad muy probable.

Mientras pensaba, oyó una voz: 

—¡Busca en esta área, podría estar escondido aquí!

¿Que demonios? ¿Cómo fueron tan rápidos? ¡¿Estos hombres tenían narices de perro?!

Al ver la luz de la antorcha acercándose, Haocheng miró ansiosamente a izquierda y derecha, pero no pudo pensar en una ruta de escape. Ya podía escuchar los pasos acercándose, así que decidió esconderse más profundo en el callejón.

¿Qué debía hacer? Se inquietó, ¡definitivamente sería descubierto!

Se agachó y comenzó a arrastrarse hacia atrás en el callejón, cuando de repente pisó algo blando; algo que no se sentía como tierra.

No podría ser tan desafortunado, ¿verdad?

Cerró los ojos y respiró hondo; no iba a decir nada, incluso si un perro ladraba no estaba de humor para preocuparse.

—Me estás pisando.

—¿Huh?— ¿La caca también podía hablar? ¿Era este además un lugar mágico? 

Haocheng miró hacia abajo para ver qué clase de caca divina le estaba hablando, pero encontró un par de luces brillantes y verdes.

En un oscuro callejón abandonado, una misteriosa luz verde, con una voz sombría... El corazón de Haocheng se congeló

—¡Un fantasma!— Gritó él.

Masticando su carne seca, escuchó pasos que corrían, y luego este sujeto irrumpió en el callejón, jadeando.

No la había visto sentada en la esquina, pero ella lo había visto claramente. La oscuridad no afectó su vista de ninguna manera.

Al escuchar las delicadas pisadas, decidió que esta persona no era una amenaza para ella. Se había pintado la cara con carbón, pero esos ojos estrechos eran muy hermosos y tenía un cuerpo ágil además, pero él no era mejor que una hormiga. Este chico era débil, vulnerable... y no merecía su atención. 

Ella mordió la carne seca, debería cerrar los ojos ante cosas innecesarias, siempre había sido una persona poco optimista... pero, ella continuó observándolo.

Por primera vez, los ojos que siempre habían estado tranquilos e inquebrantables parecían cuestionarse, tal vez, hasta se veían curiosos.

Era la primera vez que observaba tantas expresiones revolotear en la cara de una persona: Frunció el ceño, apretó los dientes y sus ojos brillaron con agua; ¿iba a llorar?

—¡Maldición! ¿Dónde diablos estoy?

En lugar de llorar, apretó más los dientes y miró a su alrededor. Escuchó más pasos acercándose. Cuando él los oyó, de repente se puso ansioso.

¿Venían tras él?

Ese chico comenzó a arrastrarse hacia atrás en donde estaba ella, pero decidió no moverse de su posición. Los pasos de la gente se acercaron y sintió que la tensión de él aumentaba. Le pisó la mano pero siguió sin decir nada, ni siquiera frunció el ceño, pero él miró al cielo con tristeza... parecía lamentar sus circunstancias.

—Me estás pisando. 

Ni siquiera se había dado cuenta cuando habló. No pudo evitar sorprenderse a sí misma, pero entonces vio el horror de él.

—¡Un fantasma!

No la sorprendió su miedo, su expresión permaneció fría, no mostró ninguna expresión. Ella lo miró impasible mientras él saltaba de nuevo contra todo, mientras sus labios temblaban de miedo.

El grito de Haocheng les hizo saber a sus perseguidores su ubicación. Los guardias se extendieron por los callejones con sus linternas. Iluminaban el oscuro callejón y la repentina luz le hizo arder los ojos. Pero a pesar de que le dolían los ojos, todavía estaba frente al fantasma, y ​​luego... sus ojos rodaron.

Este fantasma... ¿era una mujer de raza mixta?

Sus rasgos eran más profundos que la gente de esta dinastía, su piel era más blanca y sus ojos eran de un verde brillante y brillante. Su cabello era negro, largo y liso... era bonita.

Sin embargo, ella no era de ninguna manera una belleza deslumbrante. Haochang podría decir que sus estándares de belleza eran muy altos y estrictos. Su madre muerta fue una mujer hermosa, su violenta hermana mayor parecía una amante sexy, y luego sus clientes del salón de belleza; ocho de cada diez eran mujeres hermosas. Y en ese entonces este Hao Yue también fue un niño encantador. En contraste, la fantasma de raza mixta era de apariencia muy común en comparación con él.

Su viejo yo estaba inexplicablemente complacido consigo mismo: aunque era un debilucho, ¡su cara era realmente bella! 

Haocheng tocó su propio rostro narcisistamente. El idiota no estaba pensando en su situación actual. Pero los guardias del Pabellón Xiaoying no permitirán ser ignorarlos más tiempo.

—¡Te encontré, muchacho! ¡Déjame ver cuánto puedes correr!— dijo un hombre grande con los dientes apretados tocando su cabeza. —Te atreviste a romper la cabeza de este viejo jefe, perra, ¡te enseñaré una lección!

Él ignoró por completo a la mujer sentada en la esquina. También bajó la cabeza y siguió comiéndose la cecina. Los guardias no notaron que sus ojos eran diferentes a los de otras personas.

¡Mierda! ¡Estaba acabado!

Haocheng estaba en un dilema; detrás de él había un callejón sin salida. No creía que realmente pudiera escapar de los tres guardias que parecían osos. El que había dejado inconsciente con el jarrón tenía la mirada oscura de un hombre que iba a demostrarle que ya estaba muerto.

¿Qué debería hacer?

Al notar que se acercaban, Haocheng miró sus delgadas muñecas; parecía que solo podía rendirse.

Apretó los dientes. Levantó la vista hacia los guardias y se echó a llorar, su cuerpo delgado temblando.

—N-no me hagan daño... volveré ustedes... no me peguen...

Jiang Haocheng, oh~ Jiang Haocheng, qué gran actor eres. ¡Harías llorar incluso a un oso!

Con un semblante encogido, caminó lentamente hacia los guardias.

Al verlo ceder, el guardia se burló. 

—Eres inteligente.

Cuando se acercó a ellos, el guardia lo agarró con fuerza. ¿Cómo podía predecir que Haocheng repentinamente agarraría al guardia de su muñeca? Esto sorprendió al viejo. Entonces una aguda punzada lo hizo llorar y se inclinó de dolor.

Haocheng levantó rápidamente sus piernas, con velocidad y precisión, utilizó sin piedad toda la fuerza que pudo reunir y disparó su rodilla en la entrepierna del guardia.

Aunque era débil, siempre y cuando golpees los lugares correctos, dolerá.

—¡Oh...!— El guardia cayó al suelo, gimiendo de dolor.

Los acontecimientos repentinos hicieron que los otros dos miraran asombrados. Mientras estaban distraídos, Haocheng hizo un descanso.

Pero sus piernas estaban débiles, esa sola patada tomó toda su fuerza restante. Apenas corrió unos pasos antes de ser atrapado por los otros dos.

—¡Chico infame!— Los guardias le gritaron mientras agarraban su ropa y lo empujaron hacia atrás.

—¡Ah!— lloró cuando se estrelló contra la pared. Su cuerpo delgado y débil se encogió y soportó el dolor en su espalda.

—¡Me golpeaste, malnacido! ¡quieres que te mate!— El guardia atacado gritó cuando se levantó del suelo y levantó la pierna para patear a Haocheng.

Haocheng se cubrió la cabeza con las manos y curvó su cuerpo protectoramente.

—¡Ah, a-ah!— Escuchó un grito miserable cuando el líquido caliente lo roció seguido por el espeso aroma de la sangre.

Se giró para mirar y vio a su asaltante rodando por el suelo, le habían cortado en la pierna y le estaba saliendo sangre. Los otros miraron en estado de shock.

Haocheng vio un par de piernas delante de él y levantó la cabeza. La luna brillante que había estado escondida detrás de las nubes apareció iluminada una figura de rojo.

Su piel era blanca como la nieve, que contrastaba bruscamente con sus fríos ojos verdes, sus labios estaban pálidos sin ningún indicio de plenitud. Su rostro no tenía expresión. Tenía un cabello largo, negro y liso que revoloteaba con la brisa sobre su ropa roja. En sus finos dedos blancos había una delgada hoja transparente.

Los otros dos miraron sus misteriosos ojos verdes, estaban impresionados.

—¡Un fantasma! ¡Fantasma!

Se miraron, giraron y huyeron con miedo, dejando a su compañero herido. La cara del guardia mutilado palideció y rápidamente se desmayó.

La mujer hizo caso omiso de él, miró al Haocheng; ella no entendía por qué lo había salvado. Cuando se había protegido, no había miedo en su rostro, pero ella también escuchó sus murmullos.

—¡Estás muerto esta vez, gallina débil! ¡Te odio!

No entendía por qué estaba murmurando, pero cuando vio que uno de los cazadores comenzaba a patearlo, había reaccionado automáticamente, protegiendo al chico.

Haocheng la miró tontamente

—¡Dios mío! , hao, ¡qué guapa!

De su corazón sentía flotar burbujas de amor, ¡kào! Tenía que retractarse de lo que acababa de decir de que era ordinaria. ¡Ella era genial!

Era la primera vez que se encontraba con una mujer tan bellísima. El corazón le latía rápido en su pecho mientras seguía en el suelo.

La mujer de pensó que estaba aterrorizado por su apariencia, por lo que ocultó su expresión y dejó su rostro frío. Su lugar de descanso tranquilo había sido destruido; decidió buscar otro lugar. Cuando se dio la vuelta, fue detenida por las manos alrededor de sus piernas. Miró hacia abajo para ver al chico mirándola con una sonrisa.

Haocheng quería llorar en su corazón, ¿cómo podría estar aferrándose a una mujer como esta? ¿Seguía siendo un hombre? Bueno, sí. Pero por desgracia, sus piernas estaban débiles y no podía levantarse.

—Oye, gracias por salvarme.— Dijo, abrazándola más fuerte. Decidió no dejarla escapar, y mirándola a los ojos brillantes. —Mi nombre es Jiang Haocheng, pero llámame A Hao. ¿Cuál es tu nombre?—

Al ver que él le sonreía, parecía confundida.

—¿No me tienes miedo?

—¿Miedo de qué?— Preguntó antes de recordar que le había hablado groseramente unos minutos antes. Él le dedicó una sonrisa incómoda. —Antes... no era mi intención insultarte. Estaba oscuro; Solo vi tus ojos y no te vi bien.— Además, por culpa de su violenta hermana mayor, no le tenía miedo a nadie. Bueno, tal vez... era eso...

Cuando tenía ocho años, toda su familia fue al parque de diversiones. Su hermana lo llevó a la casa embrujada. Al principio, estaban tomados de la mano, pero de alguna forma se separaron, como resultado, estuvo atrapado en la casa embrujada durante más de una hora, llorando de miedo. Finalmente, el personal tuvo que sacarlo. Y desde entonces había estado traumatizado.

—Pido disculpas, no te enfades.— Él le dijo con miedo de que ella lo malinterpretara y lo abandonara.

¡De ninguna manera! Iba a ser insistente.

¿Por qué? ¡Porque era muy guapa! ¡Whoar! El corazón del macho Jiang estaba en flor. Su puro corazón masculino se abrió de par en par.

¡Estaba enamorado!

—No me has dicho tu nombre todavía.— Le dijo, sin importarle la expresión fría que le estaba dando. En cambio, continuó sonriéndole.

Al verlo mirándola expectante, esperando que hablara, no pudo evitar ser un poco escéptica; no le tenía miedo, incluso se disculpó por su comportamiento anterior. Este hombre era extraño. ¿Qué lograría de saber su nombre? Después de esto, nunca se volverían a encontrar. Ella solo lo salvó por accidente. Rara vez intervenía por esas cosas.

Pero se encontró diciendo: 

—Ji Danning. 

Su corazón no pudo evitar sorprenderse, y se sorprendió a sí misma aún más al agregar: 

—La gente me llama A Jiu.

Era la novena entre sus hermanos y hermanas, y solo aquellos que estaban cerca de ella la llamaban A Jiu, pero se lo había dicho a él. Estaba desconcertada por sus acciones, y aunque su rostro seguía frío, su corazón estaba silenciosamente tembloroso.

¿La "gente" debe ser su familia? Cuando ella respondió, A Hao estaba muy feliz, sus hermosos ojos se arrugaron mientras sonreía ampliamente.

—Te llamaré Xiaojiu.— Respondió. ¡No iba a ser como todos los demás!

Ella no dijo nada al íntimo nombre con que la llamó, sus fríos ojos verdes se sacudieron mirando su sonrisa. Se dio la vuelta.

—Suéltame.— Replicó ella, fríamente.

—¡Oh!— Había recuperado un poco de fuerza, la soltó y se levantó del suelo a toda su altura, para comprobar que era media cabeza más alto que ella. 

Este descubrimiento lo hizo sentir conmovido, al menos era más alto que ella, de lo contrario, realmente no hubiera podido vivir consigo mismo.

Afortunadamente, este tipo solo tenía dieciocho años, todavía había chance de que creciera un poco más.

Haocheng se consoló y decidió ejercitar bien este cuerpo. No esperaba volver a ser viril, pero al menos, no ser tan débil- ¡ah!

Vio que ella estaba a punto de darse la vuelta, cuando apenas alcanzó a agarrar su manga. 

—¿A dónde vas?— Preguntó dándole una mirada de cachorro.

Danning bajó la mirada hacia la mano que agarraba su manga, podría haberlo esquivado, pero no había sospechado que él trataría de agarrarla.

Apenas frunció sus elegantes cejas, no podía entender a esta persona. Al mirar su aspecto lamentable; usando sopa grande y su cara toda sucia, sus estrechos ojos de fénix habían adquirido un destello de agua.

—¿Puedo ir contigo?— Preguntó lastimosamente, sabiendo que Hao Yue se ve muy bien en esta expresión. Si quieres molestar a la gente, tienes que fingir que eres lamentable. —Me temo que vendrán por mí otra vez.— Expresó, volviéndose hacia el hombre colapsado. Le dio un pequeño escalofrío. En verdad, quería pisar el pie lesionado y patearlo varias veces, pero el hombre había perdido mucha sangre, no pensaba que viviría por mucho más tiempo. —¡Por favor no me dejes!—

Con una expresión dolorida, suplicó, logrando exprimir algunas lágrimas. En cuanto a la masculinidad, ¡jaja! ¿Qué tiene que ver la masculinidad con perseguir a una esposa? Era más importante atrapar a su amada por cualquier medio necesario, ya después se las arreglaría.

Este fue el entrenamiento ancestral de la familia Jiang: Para cortejar a tu esposa, debes ser rápido, preciso y, lo más importante, desvergonzado.

Mirando en esos ojos llorosos, Danning no dijo nada, solo lo miró, curiosa por los trucos que podría tener bajo la manga.

Al ver que ella no le respondió nada, decidió ser más desvergonzado. A continuación la abrazó y expresó, complacido:

—Xiaojiu, por favor...

Oh, ella olía tan agradable y suave... qué satisfactorio.

De la nada se encontró de nuevo contra la pared, este impacto fue más fuerte que el anterior. Las lágrimas brotaron y su hermoso rostro estaba arrugado por el dolor.

Efectivamente, tuvo que pagar por comer el tofu de ella.

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