martes, 19 de enero de 2021

Capítulo 09: Desaparecido

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Haocheng no la estaba esperando.

En la puerta de su habitación, Danning frunció ligeramente el ceño. Haocheng generalmente se quedaba en casa y preparaba el desayuno, se sentaba a la mesa y saludaba su llegada con una sonrisa.

No estaba.

¿A dónde fue?

Sin entrar en la habitación, se volvió y fue a buscarlo en la fortaleza, pero no logró encontrarlo por ningún lado. Su rostro pálido no pudo evitar tensarse lentamente.

Detuvo a un sirviente. —¿Has visto a Jiang Haocheng?—

Sorprendido por la expresión de Danning, el sirviente negó rápidamente con la cabeza. —No. No señorita. No he visto a Jiang gōngzǐ.—

Danning frunció el ceño y se alejó; se preguntó si Jiang Haocheng había salido a comprarle dulces y en estos momentos ya habría regresado a sus habitaciones mientras ella estaba afuera. Regresó, pero él no estaba allí. Cada vez que Haocheng salía, lo hacía rápido ya que sabía que si ella no podía encontrarlo por mucho tiempo, se enojaba; ¿Se había metido en problemas en la ciudad?

Corrió hacia la puerta y le preguntó al guardia:

—¿Has visto a Jiang Haocheng salir de la fortaleza hoy?

—No, señorita. Este servidor no lo ha visto.— Respondió el guardia.

Si no había salido, ¿entonces dónde estaba?

Danning recorrió el sitio como un viento helado, buscándolo. El pánico y la ansiedad crecían dentro suyo.

Cuando vio a otro sirviente, se acercó rápido a él.

—¿Has visto a Jiang Haocheng?—

— Señorita, esta mañana lo vi dirigirse hacia las habitaciones del amo.— Respondió el sirviente.

¿Había ido a ver a papá? Sabiendo que estaba bien, se sintió aliviada y se dirigió al patio principal. Mientras caminaba, vio a su padre y a su tercer hermano caminando juntos.

—A Jiu, ¿por qué te ves como si...?

—¿No está Haocheng con usted?— Se apresuró a preguntar.

—¿Eh?— El Señor Ji estaba atónito, — No, no lo he visto—

Danning frunció el ceño. —Un criado dijo que lo vieron dirigirse a sus habitaciones.—

—No lo he visto. ¿Quizás tu madre lo vió...?

Antes de que terminara de hablar, Danning ya estaba corriendo hacia el patio principal. Ji Gongyi y su tercer hermano se miraron; Danning no parecía estar bien. Inmediatamente la siguieron.

Danning entró al patio principal de la familia y corrió a las habitaciones de Shen Wanniang.

—¿Dónde está Jiang Haocheng?— preguntó al ver a su madre.

Shen Wanniang estaba atónita y miró confundida a su esposo y a Lao-san que venían detrás de su hija.

Danning, —¿Qué pasó?—

—¿Haocheng estuvo aquí?

—Lo llamé, pero no ha aparecido...— Todavía pensaba que ese xiǎo guān había sido descortés, pero al ver la expresión de A Jiu, ¿acaso estaba perdido?

—¿De verdad no vino?— Le preguntó a su madre con seriedad. Sabía que a su madre no le gustaba Haocheng, quería que ella estuviera con Tianlin. —¿No lo has escondido en alguna parte?—

Wanniang se sorprendió de que Danning pensara tal cosa.

—Por supuesto que no. ¿Sospechas de tu madre?—

—No te agrada.— Respondió Danning sin rodeos.

—Eso es cierto, no me agrada.— Wanniang comenzó a molestarse. —Pero por ti he tratado de aceptarlo. Últimamente creo que no es tan mal sujeto. Esta mañana lo llamé para poder hablar con él frente a frente, no quise hacerle ningún daño. ¿De verdad crees que tu madre lastimaría a la persona que te gusta?

Danning no respondió nada. La desaparición de Haocheng estaba haciendo que su corazón entrara en pánico. Se dio la vuelta para irse de allí.

—A Jiu, no te preocupes.— Dijo Gongyi abrazándola. Se volvió hacia su esposa para tranquilizarla. —Wanniang no te enojes con A Jiu; ella solo está preocupada. Lao-san haz que todos busquen en el castillo a Jiang Haocheng. Y comprueba quién más falta.

—Sí.— Lao-san miró a su hermana menor, era la primera vez que la veía así. No se atrevió a dudar y se fue a hacer lo que le pidió Ji Gongyi.

—A Jiu, no te preocupes. Espera primero las noticias.— Dijo Ji Gongyi al palmear el hombro de su hija.

Danning inclinó la cabeza y se quedó callada con las manos apretadas con fuerza.

El corazón de Wanniang se ablandó ante Danning, y tomó su mano. —A Jiu, tal vez solo esté vagando por el castillo y regresará pronto.—

Mirando las manos de su madre, Danning levantó la vista y Wanning le sonrió de forma tranquilizadora.

Danning miró hacia abajo y dijo en voz baja:

—Lo siento.— Nunca debió haber acusado a su madre de secuestrarlo.

Sus padres estaban atónitos al escucharla, se miraron por encima de su cabeza inclinada y sonrieron.

Parecía que debido a Haocheng, Danning estaba cambiando. Con eso en mente, aceptó de mala gana al chico.

Un cuarto de hora después, Lao-san regresó jadeando. Lo siguieron los otros maestros y hermanos.

—Jiang Haocheng no está en el castillo, y ...— tomó un respiro antes de continuar, — tampoco logramos encontrar a Zhao Tianlin por ningún sitio.—

✿✿✿

Estaba rodeado de penumbra, la única luz era un tenue resplandor de una grieta en las piedras de arriba. Con esa pequeña luz pudo ver su situación actual. Lo encadenaron a una pared de piedra con esposas de hierro y lo sumergieron en agua hasta las rodillas. No podía moverse.

Se había dirigido al patio principal antes de que su consciencia se oscureciera.

Realmente no estaba impresionado.

—Te has despertado.— Dijo una voz profunda desde las sombras.

Al escuchar la voz, no se sorprendió en absoluto. Solo había una persona que lo odiaba lo suficiente como para atarlo; mirando hacia las sombras, levantó una ceja.

—Zhao Tianlin.

El otro hombre salió de la esquina con una expresión fría en su rostro.

—Estás inesperadamente tranquilo.— Había pensado que el joven entraría en pánico.

Haocheng se encogió de hombros tanto como pudo, ¿importaría si entraba en pánico?

—¿Quieres matarme?—

—No,— negó Zhao Tianlin, —solo quiero que desaparezcas. Y con eso, espero que A jiu se fije en mí, incluso una mirada sería suficiente.—

Zhao Tianlin tal vez  había pensado en matarlo. Cuando Haocheng fue noqueado, un pequeño pellizco de su mano era todo lo que necesitaría. Pero en su mente apareció el rostro de Danning y no pudo hacerlo.

Matar a Jiang Haocheng era demasiado arriesgado, ella nunca dejaría pasar algo así. Podría odiarlo e incluso querer matarlo. No le importaba, al menos, ella lo notaría. Pero al pensar en A Jiu cuando estaba al lado de Haocheng; ella se enojaba y también sonreía. Aunque era completamente inesperado, ella estaba feliz.

¡Lo puso tan celoso! ¿No podía ser otra persona quien hiciera feliz a A Jiu? Haocheng era absolutamente odioso, deseaba que su afeminada cara desapareciera... Pero si no estaba cerca, A Jiu no sería feliz...

Por fin, después de reflexionar, decidió no hacerlo.

Haocheng suspiró en su corazón, si realmente quería matarlo; ¿No podría haber hecho esto antes? ¿Por qué esperar a que se despertara? Pero, sabía que Zhao Tianlin no podía hacerlo, no porque fuera bondadoso, sino por Xiaojiu.

Aunque podía soportar que Xiaojiu lo odiara, no podría soportar ponerla triste; esta persona amaba miserablemente a Xiaojiu, pero Haocheng no renunciaría a Xiaojiu ni simpatizaría con Tianlin. Además, la simpatía sería humillante para Tianlin, la rechazaría y Haocheng no quería dársela.

—¿Entonces qué? ¿No quieres matarme, pero sí encerrarme aquí para siempre?— Con su cuerpo de gallina débil, cuya mitad inferior estaba ahora empapada en agua, probablemente se descompondría en unos siete días.

Zhao Tianlin se burló y se rió con frialdad: —¿No tienes miedo de que eso sea lo que quiero hacer? Esperar morir en esta cueva oscura es peor que matarte directamente.

—Xiaojiu me encontrará.— Respondió Haocheng sin miedo a provocar a Tianlin. —Si no logra encontrarme, pronto estará preocupada.—

—¡Cállate!— Gruñó Tianlin, agitó una mano hacia él con rabia, y una brizna de aire cortó el rostro de Haocheng, donde pequeños rastros de sangre aparecieron. —Jiang Haocheng, no creas que realmente no te mataré.—

La expresión de Haocheng no cambió.

—Esto es bastante simple; no importa cuán persistente seas, no importa que jamás te rindas, el corazón de Xiaojiu nunca será tuyo.—

—¡Cállate! ¡¡Cállate!!— Gritó Zhao Tianlin mientras se metía en el agua absolutamente furioso y agarró el cuello de Jiang Haocheng. Sus ojos estaban rojos de ira pero su mano no ejercía ninguna fuerza.

Haocheng lo miró directamente a los ojos y dijo:

—Sabes que es verd... ¡urk!— Sus palabras estuvieron marcadas por el dolor cuando Tianlin lo golpeó con fuerza en el estómago.

Haocheng apretó los dientes, y a través de la asfixia y ardor que le provocó el impacto, continuó sin miedo.

—Ese hecho no se puede cambiar. Zhao Tianlin, le gusto a Xiaojiu.

—¡No!— Rugió mientras continuaba golpeando a Haocheng, —A Jiu no entiende las cosas, no sabe lo que le gusta. ¿Cómo es posible que le gustes? ¡De ninguna manera! ¡Es imposible!

Por fin detuvo su ataque.

Haocheng escupió sangre. Fue golpeado hasta casi colapsar, pero aguantó y miró a Tianlin con arrogancia; sus labios, brillantes de sangre, se alzaron en una mueca de desprecio. —¿Eso te enoja?—

—¡Tú!— Tianlin lo miró lleno de odio. Lo embargó tanta rabia que apenas logró contenerse de golpearlo más, pero no podía hacerlo. Sacudió los puños con ira y salió de la cueva.

Tan pronto como se fue, el cuerpo de Haocheng colapsó colgando de las cadenas y sintiendo que el dolor punzante en sus entrañas se extendía por su cuerpo.

Afortunadamente, Tianlin no lo había seguido golpeado o seguramente habría muerto.

Tosió más sangre y miró alrededor de la cueva oscura; sopló un viento frío que le hizo temblar violentamente, pero las esposas estaban muy apretadas, no podía hacer nada al respecto. Solo podía esperar un rescate.

Oh, hacía tanto frío; ¡Xiaojiu ven a salvarme!

✿✿✿

A Zhao Tianlin no le sorprendió verla esperándolo en su habitación. Los demás estaban por toda la fortaleza, por lo que debían sospechar de él.

—A Jiu.— La saludó él. Solo estaban los dos en la habitación. Parecía que su tío quería que lo resolvieran ellos mismos.

—¿Dónde está?— Ji Danning lanzó las palabras sin ninguna paciencia. Todo su rostro era frío, sus ojos verdes tenían una mirada penetrante.

Finalmente, tuvo lo que quería; ella lo estaba viendo. Pero fue debido a otro hombre. Ese pensamiento venenoso lo hizo reír sin alegría.

—¿Qué pasa si te digo que está muerto?

De un momento a otro se halló con un destello de plata contra su cuello, uno de sus mechones de cabello cayó y de su cuello comenzó a gotear sangre.

La mirada de Tianlin se mantuvo firme en Danning.

—¿Dónde está?— No creía que Haocheng estuviera muerto. Imposible. —¿Dónde está?— Dio un paso adelante sosteniendo la hoja contra su garganta.

—Esta es la primera vez que te veo nerviosa.— Tianlin se rió suavemente, ignorando la hoja afilada en su cuello. —¿Te asusta tanto no poder encontrarlo?—

Danning guardó silencio, pero su mirada se entrecerró aún más.

—¿Qué hay de mí? ¿No puedo compararme con él?— Sabía que no obtendría respuesta, por lo que se burló. —No te diré dónde está-

La espada empujó con más fuerza contra su cuello, cortando la piel. Danning estaba tan enojada que podría matarlo. Se había atrevido a secuestrar a Haocheng, ¡no lo dejaría ir!

—¿Es que no le tienes miedo a la muerte?

—No me importa si muero por tu cuchillo.— Se rió él amargamente, mirándola con su dolido afecto.

—Tú...— Danning notó su expresión y frunció el ceño.

—No te dejaré estar con él. ¿Sabes cuánto tiempo te he amado? ¿Por qué tenía que ser él quien te tuviera? No puedo con eso ¡Si quieres matarme, hazlo!— Escupió sus palabras con rotundidad y cerró los ojos.

Danning lo miró fijamente; era la primera vez que realmente lo veía. Después de lo que pareció una eternidad, retiró su espada y dio un paso atrás.

Tianlin abrió los ojos y la miró consternado,

—¿No me vas a matar?— Susurró Tianlin consternado al abrir los ojos.

Los labios de Danning se inclinaron hacia abajo y ella lo miró con sus extraños ojos verdes.

—Lo siento.— Se le escuchó decir a Danning después de un largo silencio.

Su padre le había dicho que le debía una disculpa. Ella no había comprendido a qué se refería en ese momento, pero mirándolo ahora, lo entendió vagamente.

—Creo que te debo una disculpa.— Musitó, y después de una pausa le dijo nuevamente. —Lo siento.—

No podía darle lo que él quería.

Lo sentía. Ella le dijo que lo sentía.

—¡Jaja...!— Tianlin soltó una risa sorprendida. Se tapó la cara con las manos y se rió salvajemente, inclinándose: —¡"Lo siento"... jaja... "lo siento"...!

Estuvo pegado a ella durante tanto tiempo... y todo lo que ella tenía para decirle era esta frase. Lágrimas calientes brotaron de sus ojos.

Después de bastante tiempo, su risa loca se apagó pero no volvió a mirarla.

—¿Tanto te gusta él?

—Sí.— Esta vez asintió con la cabeza, sabía la respuesta: —Me gusta.—

Aún no lograba comprender del todo sus sentimientos, pero sabía que quería a Jiang Haocheng a su alrededor.

—... Está en una cueva en las colinas traseras.— No sería amable diciéndole la ubicación exacta. Guardaba un inmenso rencor por el otro hombre. Si lo quería de vuelta, tendría que encontrarlo ella misma.

—Gracias.— Dijo apresuradamente al tener esta información y se fue.

Mirándola mientras se alejaba, cerró los ojos, lleno de dolor.

Debería haber muerto. 

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