martes, 22 de octubre de 2019

Capítulo 02 Final



—¡Suzakumiya-sama! ¡En la cafetería, el presidente y una alumna transferida--!
Finalmente has llegado, protagonista.
Le sonreí al chico sin aliento que se había apresurado a entregar la noticia.
En este juego otome「Prisoner of the Birdcage」, una chica común entra a una escuela para hijos de la élite adinerada. Debido a sus intentos de reformar el abuso desenfrenado de poder que se tiene lugar allí, es que los personajes de captura se enamoran de ella. Y es aquí donde renací como la villana Suzakumiya Suzune, cuya expulsión es una condición necesaria para completar el juego.
La villana reinó desde la parte superior de la academia porque su familia es la mayor corporación entre las personas inscritas, le pondría un collar a uno de los objetivos de captura, Genbuin Tamaki, cuya familia no puede enfrentarse a la de ella y lo humilla haciéndolo su perro. La oscuridad crece en Tamaki debido a esta humillación y soledad por la falta del amor de su familia, pero la heroína lo salva y se enamora obsesivamente de ella.
Como a mí me gustaba Tamaki, no podía tolerar tal desarrollo y lo entrené para que se obsesionara conmigo. Para que solo pudiera verme, para que no pudiera ver a nadie más que a mí, para que actuar con devoción hacia mí...
Hoy veríamos los frutos de mi labor.
♦ ♦ ♦
Al entrar en la cafetería, vi que una multitud se había reunido en el centro de la habitación. Sin embargo, cuando me notaron se apartaron para hacerme un camino. Realmente era como una reina... Cuando pienso en mi propia posición, tal apodo no parece incorrecto.
En el momento en que vi lo que estaba en el centro de la multitud, las comisuras de mi boca se levantaron.
Tamaki estaba agarrando a la estudiante transferida por el cuello mientras otro miembro del consejo trataba desesperadamente de detenerlo.
—... Tamaki.
Tamaki, que había ignorado por completo los gritos del miembro del consejo estudiantil, se volvió a mirarme cuando hablé.
—No sé qué pasó, pero no quiero que actúes violentamente contra una chica.
—... No me detengas, Suzune.
Apretó su agarre en el cuello de la estudiante transferida y me miró con los ojos inyectados en sangre.
—¡Esta chica me dijo que te echara de la academia! ¡¡Ella dijo que eras tiránica!!
Las palabras de Tamaki son las que esperaba.
—Sí, te enojaste por mí. Gracias.
Tamaki no se dejó llevar por las palabras de la estudiante transferida. Como primer lugar, este es el mejor resultado.
—Sin embargo, ella morirá si no te detienes. No quiero que Tamaki se convierta en un asesino.
La cara de la estudiante transferida se había puesto pálida como la muerte, la forma en que abría y cerraba la boca parecía dolorosa a este punto. Realmente no me importaba mucho su seguridad, ella era un obstáculo después de todo, pero no quería que Tamaki se convirtiera en un asesino. 
Él chasqueó su lengua ante mis palabras pero liberó a la estudiante transferida, tirándola hacia el suelo. Ella cayó y el oficial del consejo estudiantil se apresuró para cuidarla. Los excluyo de mi campo de visión y me acerco a Tamaki.
—Un~ Tamaki. Buen chico.
—... Qué pasa con eso, tratarme como a un niño o un perro.
Abrazo a Tamaki, quien ha soportado tan bien que intenta desesperadamente enderezar su espalda mientras le acaricio la cabeza parece reacio a aceptar mi comportamiento. Sin embargo, se inclina por mí, que no puedo alcanzarlo por completo. En el fondo tal vez no sea tan reacio como él está haciendo que otros crean. No solo su corazón, puedo ver su cuerpo más relajado.
Su cabello negro azabache era suave al tacto y se sentía bien al acariciarlo. Mientras sobaba su cabello, puedo sentirlo también jugando con el mío. Su toque era suave y se sentía agradable. Es algo extraño, casi como un aseo mutuo.
Sin embargo, nuestro feliz momento se arruinó inmediatamente.
—¡¡Deja de tratar al presidente como un perro en público, Suzakumiya Suzune!!
Antes de darme cuenta, la estudiante transferida se había recuperado, alzando la voz mientras me miraba.
"Tratarlo como a un perro"... Esas palabras fueron suficientes para convencerme.
Esta chica también es una reencarnada.
Si no, ella no juzgaría el mero hecho de acariciar la cabeza de alguien de esa manera.
—Tratándome como a un perro...
Fue Tamaki quien levantó la voz con la ira.
—¿No lo dijiste tú mismo?— Le pregunté.
—No quiero escucharlo de ella. Es desagradable viniendo de alguien que ni siquiera conozco.
—Eres egoísta, ¿lo sabes?
Él se rió, inconscientemente sonriendo a eso.
Ella sabe mucho sobre Tamaki, porque es una persona reencarnada.
Pienso eso, pero no digo nada. Y estoy segura de que sé más sobre Tamaki que ella. Después de todo, he estado a su lado durante los últimos cinco años. Además, amo a Tamaki mucho, mucho más profundamente que la estudiante transferida.
—Nee, estudiante de transferencia.
A diferencia del tono dulce que usé con Tamaki, me dirijo a la estudiante transferida con una voz tan fría como el cero absoluto.
—Me has estado denunciando e incluso has dicho que me expulsarán, pero ¿qué he hecho exactamente? Sabía de ti porque que un plebeyo se transfiera aquí es inusual, pero tú y yo nos acabamos de conocer hoy por primera vez.
El juego ya ha sido cambiado. Es diferente de la que una persona reencarnada conocería. Así que, ¿cómo me va a condenar la estudiante transferida?
—Porque tratas al presidente del consejo estudiantil como a un perro...
—¡Nunca me han tratado como a un perro! ¡¡Te voy a matar desgraciada!!
—Tamaki, guarda silencio un poco... y, ¿qué más?
—¡Has abusado de tu poder y has lanzado esta escuela fuera de orden!
Su respuesta era la esperada. La estudiante transferida realmente no sabe nada.
—No he hecho nada de eso. ¿O acaso recibir de vez en cuando un trato preferencial por ser un Suzakumiya es un delito?
La Suzakumiya Suzune del juego abusó de su poder de varias maneras. Sin embargo, aunque me esforcé al máximo por crear una jaula de pájaros para Tamaki y para mí, no hice nada de lo que me estaba acusando. A lo sumo ejercí cierta influencia en poner en su lugar a aquellos a los que les gustaba demasiado Tamaki o lo incomodaban.
En última instancia, los estudiantes que se habían transferido se fueron debido a la decisión de sus padres porque no querían enfrentarse a la familia Suzakumiya. Allí yo personalmente no tuve nada que ver en eso.
Parece que algunos de los estudiantes que nos siguen a mí y a Tamaki, debido a su personalidad sombría, cometen varios actos malos de vez en cuando, pero lo ignoro. Porque después de todo, amo al Tamaki que se desboca por mi bien. No puedo evitarlo.
Aparte de eso, ¿no soy una buena persona?
No quería dejar ningún cabo suelto para cuando la estudiante transferida llegara.
Fundamentalmente, no me importan los humanos que no sean Tamaki.
Sólo Tamaki es importante. Solo él tiene que quedarse a mi lado.
Por eso, no permitiré que la estudiante transferida se lo lleve.
No he hecho nada, pero el nombre Suzakumiya es demasiado poderoso. Me dan un trato preferencial por eso. Debido a esto, mis compañeros de familias menos importantes abusan del poder de la familia Suzakumiya. En lugar de negarlos, simplemente acepto estos privilegios sin quejarme. En cierto sentido, no es incorrecto decir que soy el origen y el principal sistema de castas de la escuela.
—Pero bien. Si dices que mi existencia es un pecado, entonces me iré de la academia.
—¡¡Suzune!!
A pesar de no poder responder antes, los ojos de la estudiante transferida se abren, brillando con esperanza ante mis palabras. Fue Tamaki quien levantó la voz, cargado de furia y tristeza.
Mi amor aumenta al ver esa cara: parece que va a llorar, completamente impropio de alguien apodado el "Emperador". Su cuerpo, que estoy abrazando, temblaba.
¿Me vas a dejar atrás? ¿Me vas a tirar a un lado?
Sus ojos parecían preguntarme todo eso.
Tamaki es adorable. Encantador. Siempre lo ha sido y siempre lo será.
¿El amor tiene un límite?
Cada vez que estoy con Tamaki creo que he llegado al límite.
Realmente eres estúpido, Tamaki.
Nunca podré dejarte ir.
—Pero, en ese caso me llevaré a Tamaki conmigo.
—... Eeh.
Me dirijo a la estudiante transferida y sonrío descuidadamente.
—Puedes reformar la escuela cuando ya no esté aquí, ser amada por esos otros y hacer lo que desees. Haz lo que quieras, en verdad. Realmente no tengo ningún interés... sin embargo, no puedes llevarte a Tamaki. No te dejaré tenerlo.
Miro desde la estudiante transferida a Tamaki y de vuelta. Ella suavemente pellizca sus mejillas con ambas manos.
—... Nee, ¿no odias esto?— Le preguntó ella a Tamaki.
Antes había hablado con convicción, pero ahora puedo notar algo de duda en su tono.
—¿Odiarías mudarte a otra escuela conmigo? En lugar de ir conmigo, ¿preferirías quedarte aquí y continuar como presidente del consejo estudiantil?
—...No hay manera de que lo odie.
Tamaki me abraza firmemente mientras contesta lo que deseaba escuchar.
—No importa dónde esté... Suzune, si estás allí, entonces quiero estar a tu lado.
La respuesta es la esperada. Sin embargo, me da ganas de llorar. Estoy tan feliz que quiero llorar.
—Gracias a Dios... Oye, ¿lo entiendes, verdad?
Con mi mano en la espalda de Tamaki, me río de la estudiante transferida.
—Tamaki es mío... Si intentas alejarlo de mí, usaré todo lo que esté en mi poder para eliminarte. Recuerda eso.

La cafetería quedó en silencio.
Tamaki se desenreda de mí, antes de tomar mi mano y arrastrarme. Listo para partir, quiero que mis pies se muevan más rápido. Quiero estar a solas con él lo antes posible.
Cuando damos la espalda a la cafetería, escuchamos el grito de la estudiante transferida.
—¡Presidente, esa mujer te está lavando el cerebro! ¡Estás siendo tratado como un perro! ¡¡Eso no es verdadero amor!!
Sus palabras golpean mi corazón profundamente.
—¡Te liberaré de esa chica! ¡Te salvaré!
—¿Quién pidió ser salvado? 
A mi lado, Tamaki emite una voz fría como nunca antes había escuchado.
—Si quieres reprenderme por actuar como un perro, adelante. Si quieres decir que me lavaron el cerebro, adelante. Pero soy feliz. Estoy feliz de estar al lado de Suzune. Incluso si está mal, no pediré la salvación.
Tamaki hablaba sin siquiera mirar a la estudiante transferida y salimos rápidamente de la cafetería.
—¡... Nn!
Cuando entramos en la habitación de Tamaki, él me empujó sobre la cama y me besó bruscamente.
Entiendo que él me quiere desde el fondo de su corazón.
Estoy feliz.
Sin embargo...
—T-tamaki...
Sin embargo, hay algo que necesito confirmar.
—Tamaki, si yo... si realmente yo te hubiera lavado el cerebro, ¿qué harías...?
Las palabras de la estudiante transferida no estaban equivocadas después de todo.
—Si fuera cierto que realmente te conduje a obsesionarte conmigo, ¿qué harías?
Lo que había hecho de ninguna manera era correcto. Podía entender que era un acto detestable y cobarde.
Pero a pesar de eso, amaba a Tamaki. Deseaba que solo me mirara a mi.
¿Despreciaría eso de mí?
—...Te lo dije. Aún con esa posibilidad, soy feliz.
Instintivamente evité su mirada pero agarró mi barbilla, inclinándome hacia él. Le sonreí, llena de amor.
—No importa incluso si me lavaron el cerebro. Durante mucho tiempo, me moría de hambre por amor. Lo deseé. Anhelaba que alguien me amara. Suzune, sin importar tus intenciones, fuiste tú quien me dio todo eso.
Lágrimas brotaron de mis ojos por sus palabras
—Te amo. No me importa si es diferente de un amor normal. No puedo separarme de ti. Incluso si algún día me arruino, seré feliz. Si estoy contigo, no me importa caer al infierno... Te amo, Suzune. Te amo.
Había estado llena de ansiedad por la llegada de la estudiante transferida. Pero al mismo tiempo, lo había estado esperando con ansias.
Incluso después de que ella llegó, Tamaki no cambió. Incluso ante la verdad, me dijo que me amaba.
—Yo también. Yo también te amo, Tamaki... 
En este momento, Tamaki se volvió todo mío. Por siempre y para siempre, solo mío.
Y, había ganado la apuesta.
La jaula estaba completa. Una jaula resistente que no se puede romper por dentro ni por fuera. Una jaula para ambos, donde solo existimos nosotros dos.
—Nee~... Tamaki.
Durante un momento de intimidad, le acaricié la manzana de Adán.
—Vamos a... poner un collar aquí. Uno de cuero con mi nombre grabado.
Por el color, el negro sería bueno. Seguramente se vería bien en Tamaki.
—Está bien... pero a cambio, tú también te pondrás uno.
Dicho esto, Tamaki me lamió el cuello.
Me estremecí e inconscientemente solté un pequeño gemido en respuesta a la agradable sensación. Tamaki me dio una pequeña sonrisa.
—Respecto al color, el rojo sería bueno... con mi nombre grabado, un collar a juego... hagamos un pedido personalizado.
Vivimos dentro de una jaula de pájaros.
Esas personas que señalan que el mundo que vemos es limitado, que nunca hemos visto un mundo más allá de esta jaula, quiero que nos dejen en paz. Porque no entienden. No pueden comprender cuánta felicidad hay dentro de esta jaula, cuán maravillosa es. 
Ellos simplemente no entienden lo bien que estamos aquí.
𝓕𝓲𝓷

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