sábado, 19 de octubre de 2019

Capítulo 20


—Mirándolo de nuevo, esto es un desastre...
Después de una noche apasionada, los dos regresaron al departamento de Hina. Ella había pensado que solo las sábanas estaban rotas, pero después de una inspección más detallada, incluso el colchón estaba dañado. Si solo hubieran sido las sábanas, podría cambiarlas fácilmente, pero ahora no podía usar el colchón en este estado. En la cocina, gran parte de su vajilla estaba rota y los fragmentos de vidrio estaban esparcidos por el piso. Ya había cambiado su llave gracias a la rápida respuesta de su arrendador por la mañana, pero con las cosas como estaban, su apartamento no parecía ser habitable.
—¿Por qué no limpiamos primero aquí y más tarde compramos lo que necesites?
Ante sugerencia de Hasegawa, los dos comenzaron a ordenar. Trasladaron todas las cosas tiradas en el suelo para dejar suficiente espacio para moverse. Llevando sus zapatos puestos mientras limpiaban los fragmentos de vidrio roto en la cocina.
La habitación de Hina estaba extremadamente destrozada, pero con las dos manos trabajando juntas, su progreso de limpieza se aceleró.
—¿Está bien tu cuerpo?
Cuando la habitación parecía casi limpia, Hasegawa la sorprendió con esa repentina pregunta. Hina suspiró mientras lo miraba.
—Más que mi cuerpo, es mi corazón el que más duele. Esa cristalería rota era mi favorita...
—Eso no es lo que quiero decir. También estoy preocupado por eso, pero estoy más preocupado por esto de aquí...
Hasegawa se movió a su lado y le acarició las caderas. Esa acción la hizo recordar todo lo acontecido anoche. Sus mejillas se enrojecieron en un instante y abrió la boca para hablar, pero solo salió un sonido ronco.
—¡!
—Ayer, perdí el control...
Él la miró como para comprobar cómo se encontraba cuando Hina dejó caer el paño para sacudir polvo de sus manos. Al ver eso, Hasegawa se preocupó más y la hizo sentarse en el sofá.
—Deberíamos haberlo hecho una sola vez. Descansa por ahora y déjame el resto de la limpieza a mí.
—N-no, no, estoy bien. ¡Esta es mi habitación! ¡No puedo dejarte limpiar mientras yo descanso!
—Pero tu cuerpo está adolorido, ¿no? También pareció que había pasado un tiempo para ti...
El cuerpo de Hina se encendió en un instante. De hecho, no lo había hecho desde que rompió con Hide hace ya medio año.
Era la primera vez que tenía sexo en todo ese tiempo, pero no había forma de que le dijera eso a Hasegawa. Sus ojos se pusieron inyectados de sangre mientras abría y cerraba la boca repetidamente.
—¿Q-qué estás diciendo?
—Bueno, ayer estuvo un poco apretado-
—¡¡¡Waaaaaa!!!
Hina gritó mientras cubría la boca de Hasegawa. Luego, con los ojos llenos de ira, lo regañó en un tono frenético.
—¡Hasegawa, por favor aprenda a ser más delicado!
—Pero, ¿no es cierto?
—¡Hay algunas cosas que no debería decir, incluso si son verdad!
Mientras lloraba desesperadamente con lágrimas en los ojos, Hasegawa se disculpó con ligereza mientras se reía perversamente.
Los dos reanudaron la limpieza y antes de darse cuenta, la noche había llegado. Líneas de luz de la puesta del sol atravesaban la cortina desgarrada, tiñendo el suelo de un hermoso color carmesí.
—Ya hemos terminado. ¿Cuál es tu plan para esta noche?
Hasegawa preguntaba dónde planeaba quedarse a pasar la noche. Hina inclinó la cabeza pensativa.
Todavía podía quedarse en el hotel de la noche anterior. Sin embargo, estaba un poco lejos de su departamento. Si pensaba en el día de mañana, podría ser mejor encontrar un hotel más cercano.
Mientras Hina seguía pensando, escuchó a Hasegawa hablar.
—Déjame cambiar mi pregunta. ¿Por qué no te quedas en mi departamento esta noche?
(N/T: Y yo me pregunto por qué no pensaron en eso desde un principio)
—¿Huh?
Como si no entendiera sus palabras, Hina dejó escapar un murmullo sorprendido.
—Mi habitación está justo al lado, así que no es necesario que te quedes en otro lugar, ¿verdad? Y si sigues alojándote en hoteles, sólo estarás desperdiciando dinero. Además, hay una gran distancia entre este apartamento y el hotel...
Esas palabras convencieron a Hina y asintió. Ella ya estaba acostumbrada a la habitación de Hasegawa, así que no había nada más de qué preocuparse.
Hina recordó la vez que ya se había quedado en su habitación.
Si llevo mi edredón, puedo dormir bien en ese sofá. Mi habitación también está cerca. Si lo pienso así, es una muy buena idea. Además, si me quedara allí, podría encontrar pistas que me ayuden a pensar en algo para darle a Hasegawa como muestra de gratitud...
—Bien entonces...
Justo cuando estaba a punto de decirle que estaba de acuerdo, él le dijo algo inesperado.
—Solo tengo una cama de plaza y media, pero debería ser suficiente para que los dos podamos dormir, ¿verdad?
—¿Qué?
Hina se puso rígida al pensar en ellos dos durmiendo juntos en la misma cama. Sin embargo, Hasegawa parecía natural y le dirigió una sonrisa.
—No te preocupes. Te daré suficiente espacio. ¿O te desagrada la idea de dormir conmigo?
Hina sacudió la cabeza sin mirar a Hasegawa.
◈◈◈
Siempre mantiene esa expresión seria y estoica en su rostro. Quién hubiera esperado que pudiera ser salvaje e intenso por la noche...
Hina suspiró profundamente mientras yacía en la cama con el rostro sonrojada. A su lado, Hasegawa la abrazaba por detrás. Se acurrucó cerca de ella, su respiración era áspera y dura.
—Hina, ¿te enojarías conmigo si te pido una ronda más?
—... Lo haría.
Estaba cansada, así que Hina sacudió la cabeza. Hasegawa la sostuvo más fuerte. La abrazaba demasiado fuerte y casi no podía respirar, pero se sintió más bien agradable.
—Sé que es tarde, pero ¿puedo preguntarte algo?— Preguntó Hasegawa  y Hina volvió la cabeza hacia él. 
Hasegawa la soltó y la giró para que estuvieran frente a frente.
—¿Estás planeando mudarte?
—Mudarme...
—Aunque el propietario ha hecho un pedido personalizado para tus llaves, ¿todavía tienes miedo de vivir aquí?
Hina parpadeó sorprendida. Ella levantó la vista y pensó por un momento.
—Honestamente, no había pensado en eso hasta ahora...
—... Realmente no tienes sentido de crisis.
Al ver su rostro exasperado, Hina frunció los labios. Después de reflexionar por un momento, ella habló con una cara sonrojada.
—No estoy planeando mudarme ahora...
—¿Por qué es eso?
—E-es que... si me mudo, estaré lejos de ti...
Los ojos de Hasegawa se abrieron de sorpresa. Luego, la abrazó con más fuerza y ​​acercó sus labios a sus oídos.
—Una ronda más...
Esta vez, Hina no se pudo resistir.

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