sábado, 19 de octubre de 2019

Capítulo 21


Habían pasado dos semanas desde el incidente. La habitación destrozada había vuelto a su estado original y Hina vivía en ella nuevamente.
El propietario le entregó una llave personalizada hecha para ella y también había cambiado la contraseña de las puertas de autobloqueo del vestíbulo. Además, la policía había aumentado el patrullaje alrededor de su apartamento, por lo que no habían vuelto a suceder cosas extrañas desde el día en que tuvo ese encuentro con el acosador. También continuó viajando con Hasegawa, así que a pesar de lo que sucedió, pudo vivir en paz como antes.
Un día, cuando se acercaba el fin de año...
—¡Qué sorpresa, señorita Uzuki! ¡Se ve tan femenina hoy!
—Jefe, eso es acoso sexual, ya sabe.
De pie detrás de Hina, fue Mei quien dio la réplica contra el viejo verde conocido por su acoso sexual dentro de la empresa. El jefe sonrió y acarició las caderas de Hina. El impacto casi la hizo tropezar. Manteniéndose firme, Hina le entregó los documentos a su jefe.
—Este es el contrato que pidió ayer. Y esta es la lista de las principales empresas comerciales. Todavía estoy trabajando en las compañías rivales, así que se lo entregaré más tarde.
—Excelente trabajo como siempre...
Mientras daba las gracias, acarició suavemente la cabeza de Hina como si felicitara a un niño. Hina miró sus manos con ojos agudos.
—Entonces es cierto que el amor cambia a una mujer. ¿Las cosas van bien entre usted y Hasegawa?
—Si las cosas van bien o no, Hasegawa y yo no estamos en una relación. Jefe, si no se detiene, ¡realmente lo demandaré por acoso sexual!
Advirtió Hina mientras se frotaba las sienes. El jefe sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.
—Eso no es lo que quise decir, Hina~
—Nada cambiará incluso si habla con una voz dulce o linda. ¡Ahora, por favor, vuelva al trabajo!
—¡E-está bien!
Mirando su espalda mientras se iba, Hina suspiró suavemente. Detrás de ella, Mei murmuró su disgusto:
—Dios.
—Bueno, no es solo el jefe, también creo que se ve hermosa hoy.— Como si los hubiera estado observando todo el tiempo, su colega masculino intervino en el momento perfecto. Hina volvió la cabeza mientras su rostro se fruncía en ceño.
—¿Qué quiere decir?
—Sabe a lo que me refiero. ¡No pensé que vería el día en que la Emperatriz use una falda! ¡También se soltó el pelo hoy! ¡El rumor de que se ha vuelto más femenina incluso se ha extendido fuera del departamento de ventas!
Justo como él dijo, Hina no estaba usando sus pantalones habituales. Llevaba su camisa y chaqueta de siempre en la parte superior, pero debajo, se puso una falda. Su cabello no estaba atado como acostumbraba, sino que se lo dejó suelto.
—Dio la casualidad de que hoy había enviado mis pantalones para lavar a la tintorería...
Se excusó Hina mientras desviaba la mirada. Su colega se acercó.
—¡Oh, tiene unas piernas tan hermosas! ¡Qué fiesta para los ojos!
—¡D-deje de mirarme!— Le gruñó Hina mientras lo empujaba. Frunció el ceño sintiéndose invadida por la ansiedad.
—¿Podría ser que, a Hasegawa le gusta eso?
—Como dije, Hasegawa y yo no estamos en una relación así...
Hina se sintió molesta porque el rumor seguía circulando. Ella quería ser honesta y decir la verdad de que eran amantes, pero si se extendía esa información, la molestarían aún más.
Luego, en un gesto protector, Mei deslizó sus manos alrededor de ella.
—Está bien. En lugar de meterse con la vida amorosa de otra persona, debería preocuparse por la suya propia. Por cierto, ¿escuchó que Kana, de la recepción, a quien ha estado apuntando, recientemente se consiguió un novio?
—¿Qué? ¿En serio?
—¡Sep!
Mei sonrió perversamente cuando la cara del colega palideció y sus hombros cayeron.
Sintiendo que era una buena oportunidad para irse, Hina y Mei se alejaron de inmediato. Cuando regresó a su escritorio, Hina vio un correo electrónico entrante.
—Kaoru Hasegawa.
El nombre del remitente solo le produjo un sentimiento odioso.
De mala gana, ella abrió el correo electrónico. Solo había una línea escrita en ella. "A la hora del almuerzo, estaré esperando en el lugar habitual."
Sintió que alguien la miraba y su cabello se erizó. Ella levantó la cara y miró en dirección al escritorio de Hasegawa. La estaba observando con una sonrisa de negocios plasmada en su rostro.
Pensé que no estaba mal...
Todavía estaba de mal humor, así que solo envió una breve respuesta. "Está bien."
◈◈◈
Dentro de la sala de referencia no utilizada, Hina fue acorralada por Hasegawa. Como nadie solía ir allí, era el lugar perfecto para los encuentros de amantes secretos. La habitación se podía cerrar por dentro y estaba insonorizada.
Hina fue empujada contra la pared; a su derecha estaba el archivador y a su izquierda estaba el brazo de Hasegawa encerrándola en su lugar. Miró a Hasegawa y lo encontró viendo a ella con su sonrisa de negocios en su rostro. Hina frunció los labios.
—¿Qué sucede...?
—Me he estado preguntando desde esta mañana, pero ¿por qué traes una falda hoy? Es mentira que enviaste tus pantalones a lavar, ¿no es cierto?
Hina suspiró internamente ante esa posición tan íntima.
Por supuesto que lo de la ropa era una mentira. Hina miró a Hasegawa sin levantar la cara e inclinó la cabeza.
—¿Se ve mal?
—No se ve mal. Creo que te ves hermosa. Solo quiero saber la razón.
—Eso es...
A Hina le resultó difícil decirlo, así que giró la cara. Justo entonces, Hasegawa tocó la rodilla de Hina y dibujó movimientos circulares sobre ella. El cuerpo de Hina se puso rígido.
—O-oye, ¿en un lugar así?
—¿Cual es la razón? ¿Querías mostrar tu piel a los demás? ¿O fue idea de la señorita Katsuragi?
Hasegawa levantó lentamente un dedo sobre su piel a pesar de la protesta de Hina. Hina no pudo soportarlo más, así que agarró las manos de Hasegawa, con su rostro enrojecido y ojos húmedos.
—¡Deténte! Por favor.
—Se ha convertido en todo un rumor en el departamento de ventas,¿sabes? Cuando ellos ven tu aspecto lindo y femenino, muchos han considerado invitarte a salir.
Su mano serpenteó por su muslo y un gemido casi escapó de sus labios. Su toque le recordó su tiempo íntimo juntos, pero su mano no se movió más. Fue increíblemente frustrante.
—¿Por qué de repente te vestiste así?
Él acercó sus labios a sus oídos y preguntó una vez más. Hina lo empujó con desesperación mientras lo miraba fijamente.
—¿N-no dijiste antes que te gustan las mujeres así?
—¿Ah?
—¡Dijiste que le gustaban las mujeres con ropa femenina!
Los ojos de Hina estaban rojos mientras hablaba. La mano de Hasegawa cayó y la distancia entre ellos aumentó.
—¿Fue porque yo dije eso?
Preguntó Hasegawa buscando que lo confirmara, y Hina asintió.
De hecho, cuando Hasegawa se confesó por primera vez, había dicho que le gustaban las mujeres con una apariencia femenina. Hina simplemente quería complacer a la persona que le gustaba, pero parece que esa idea nunca cruzó la mente de él. Ya no lucía su sonrisa de negocios, sino que la miraba fijamente.
—Pensé que te haría feliz...
Agregó Hina con las mejillas enrojecidas. Hasegawa arrugó las cejas.
—Lo siento. Me sentía bastante ansioso.
—¿Ansioso?
Cuando Hina ladeó la cabeza confundida, Hasegawa le acarició suavemente la mejilla con la misma mano que estaba justo hace un momento en su muslo.
—Como de repente te vestiste como mujer, pensé que tal vez encontraste al hombre que te gustaba. Incluso si ese no fuera el caso, ya que te has vuelto más atractiva, seguramente más hombres te invitarán a salir. Aunque te he perseguido hasta aquí, me puse ansioso pensando que alguien más podría arrebatarte. Por eso te presioné para que me dijeras la razón...
—¿Algún hombre que me gustara?
Para Hina, el hombre que le gustaba era él. Pero parece que a Hasegawa si siquiera se le pasó por la cabeza esa posibilidad.
¿Eh? ¿Hasegawa no cree que estamos saliendo?
Hina pensó de nuevo para sí misma. Un idea repentinamente apareció en su mente.
No le he dicho a Hasegawa que me gusta...
Sintió que la sangre se drenaba de su cara. Tal vez porque ella misma había estado insistiendo a todos que Hasegawa no tenía ninguna relación con ella, él pensó que no estaban saliendo en absoluto.
¡Tengo que decirlo correctamente! ¡A este ritmo, seré considerada como una persona que duerme con cualquiera! ¡Esto es malo!
—Hasegawa, um, yo...
Hina reunió su coraje y comenzó a hablar. En ese momento, unos ruidos resonaron desde fuera de la sala de referencia.
Los dos salieron de la habitación y vieron a un grupo de personas en traje caminando por el pasillo.
Una de ellas era una mujer muy hermosa que parecía tener la misma edad que Hina. Sin embargo, en contraste con Hina, parecía más madura. Y aunque había otras mujeres alrededor, ella se destacaba entre todas. Hina pensó que la mujer, sin duda, podría competir con las modelos con su físico y vibra radiante.
En ese momento, sus ojos se dirigieron a Hasegawa. Contuvo el aliento y quedó congelado en su lugar. Con una voz casi inaudible, murmuró.
—¿Rin?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario