martes, 22 de octubre de 2019

Capítulo 03: Banquete de bienvenida

Inesperadamente, solo unos días antes del banquete de bienvenida, el general Ru le envió una tarjeta. Bueno, bueno, bueno. No la secuestró furtivamente para matarla en la oscuridad, ni se filtró veneno repentinamente en sus comidas, no hubo nada que viniera directamente aquí, ¿cómo estaba planeando enfrentarla? ¿implicaría a sus padres? Se preguntó un poco. 
Sus padres estaban desconcertados, pero no tenían ninguna razón para rechazar su visita, por lo que unas pocas horas más tarde, el infame general fue recibido.
Había venido con regalos y pidió ver al Primer Ministro. Sorprendentemente, la razón de su repentina llegada fue para proponer una alianza. ¡Quería casarse con la legítima hija del Primer Ministro!
¡Era demasiado repentino! ¡Nadie en la familia estaba preparado para algo así! ¡Nunca había habido ninguna señal o advertencia de que él estuviera interesado en su hija!
El orgullo de la familia Ru, el descendiente de una familia militar. Ya tenía veintitrés años, pero no tenía ningún interés en casarse, sin importar cuánto su madre y su abuela hubieran tratado de persuadirlo. Fue bastante impactante verlo de repente aquí, ¡proponiéndose de la nada!
Al final, no se le negó ni tampoco se le dio una respuesta definida. En vez de eso, le pidieron que regresara otro día. Sin embargo, internamente, el Primer Ministro estaba bastante eufórico. ¡Hacer una alianza con esa familia no era nada malo! Quien estaba preocupada era su esposa. Después de todo, su prima, la Emperatriz, había dicho que para reemplazar el compromiso roto con el que estaba afligida su hija, ella personalmente la encontraría una buena pareja. ¿No sería esto considerado tomar una decisión sin el consentimiento de Su Majestad? Por lo tanto, trató de persuadir a su esposo de que no lo hiciera y, aunque parecía que no lograría que él cambiara de opinión, estaba conforme de que no hubiera dado su consentimiento inmediato.
La esposa del Primer Ministro escribió a la Emperatriz para informar sobre este evento en particular.
El hombre con el que iba a casarse inicialmente se fue muy discutido. Y sinceramente, ella se sentía demasiado extraña por este desarrollo para tener una opinión real sobre el asunto.
Él verdaderamente vino a pedirle su mano en matrimonio. ¡¡¡Un matrimonio!!! ¿Se habrá golpeado la cabeza o alguna droga ahuecó su cerebro?
Él podría haberla matado sin que nadie se enterara, pero si ella realmente se casara con su familia, ¿no se sospecharía si algo le pasara? ¿No le importaban los chismes?
La sonrisa que dejó su rostro regresó cuando se preguntó qué era exactamente lo que él tenía reservado para ella. ¿Qué tipo de contraataque estaba tratando de utilizar?
Si las cosas se dejaron tal como se suponía que eran originalmente, entonces la posibilidad de que ella fuera al país Fen todavía estaba allí.  Violada, golpeada y rota más allá de volver a ser utilizada para la diversión de otras personas, sin ninguna familia a la que huir, moriría en última instancia sin nadie que lo supiera durante meses. Y cuando lo hicieran, todo el infierno se desataría, porque su familia intentaría vengarse y todo saldría terriblemente mal.
Y a resumiendo la historia, todo su clan sería aniquilado.
Decir que no estaba dispuesta a ver el resultado de un futuro así era una subestimación. Este hombre también, sin duda estaba aquí para algún tipo de castigo, tal vez uno peor que del que ella le había dado... pero, curiosamente, era un camino que ella aún tenía que conocer y estaba dispuesta a intentarlo. Uno en el que la muerte no fuera acompañado por la crueldad. ¡¿Tal vez?!
Y como tal, ella respondió afirmativamente a su padre cuando él le pidió su opinión sobre el asunto, aunque su madre la había señalado previamente para decir otra cosa.
Tal vez él también la rompería. Pero ella dudaba que sus medios fueran tan despreciables como lo que ella habría sufrido originalmente. Sin embargo, se preguntó cómo lo haría él. No debería ser demasiado difícil en realidad. Ella no era como las mujeres valientes de las que se enamoraba; simplemente caminar una cierta distancia la dejaba jadeando, ¿dónde tomaría la energía para huir y con qué confianza? Ahora solo estaba esperando a ver cómo él se ocuparía de ella. Que ella muriera, ya no importaba, su familia estaría a salvo esta vez; esa era una certeza y un consuelo.
Sin embargo, Mu Rong An se preguntaba cómo reaccionarían los protagonistas al repentino deseo de su amigo de casarse y, sobre todo, su matrimonio, la que había intentado en muchas ocasiones dañar a Li Ming Qi. ¡Hen Ru Ying no estaría para nada complacido! Después de todo, el segundo príncipe era el que iba a pedirle a la Emperatriz que hablara con el Emperador acerca de enviarla al país Fen.
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De hecho, ni Li Ming Qi ni Hen Ru Ying estaban felices con tales noticias. A Li Ming Qi le preocupaba que su buen amigo fuera manipulado por el lado falso de la hija del Primer Ministro y, si bien no era propio de él caer en esos engaños, era un hombre y, como tal, podía cometer esos errores. Por su bien trató de advertirle sin rodeos, su relación era lo suficientemente cercana como para permitirlo. Incluso Hen Ru Ying, que no podía entender, le recordaba a su amigo los planes que había tenido para ella.
Sin embargo, el general Ru no se inmutó ni cambió de parecer,  había tomado su decisión después de mucho pensar y no planeaba ser influenciado. Trataron de preguntar si había una razón oculta, ¿alguien lo estaba presionando? ¿amenazado? Desde luego, aunque deseaba casarse, había mejores mujeres ahí fuera, ¡con menos pretensiones y un corazón más puro y menos celoso! La que aparentemente le había gustado era claramente alguien si virtud. Habían hablado lo suficiente y dijeron todo lo que pensaban, sin embargo, él todavía se mantuvo firme en su decisión.
Él solo vino para avisarles, dijo, y no se entrometió mucho más en su tiempo de recién casados. Luego se despidió de ellos.
Después de eso, ¡verdaderamente logró obtener el edicto del Emperador! Les gustara o no, la familia Mu solo podía aceptar ahora. Bueno, no es que el Primer Ministro tuviera en mente negarse de todos modos.
Dos días después, volvió a la residencia Mu para proponerse una vez más, lo que ahora era una mera formalidad, ya que el Emperador ya había dado su bendición de oro. De todos modos, tales acciones aún eran agradables para el Primer Ministro. Feliz como estaba, incluso le ordenó a su hija que le mostrara al huésped el exquisito jardín de la residencia Mu y sus montañas artificiales, lo cual era simplemente una excusa para dejar que conversaran en privado. Por supuesto, los sirvientes los seguían detrás.
La sonrisa de Mu Rong An era inquebrantable en su rostro mientras acompañaba a su invitado. Estaban a una distancia adecuada entre sí y no habían compartido una sola mirada, y mucho menos se habían hablado entre sí. Caminaron un poco y se sentaron cerca de un estanque. Ella ordenó que le trajeran té y le sirvió personalmente. 
Realmente podía sentarse allí sin sentirse incómoda en absoluto, a pesar de que ella misma sabía lo que había hecho. No hubo movimientos incómodos por parte de ella; no se sonrojó y ciertamente tampoco se arrepentía. Sus conductas eran recatadas y apropiadas, como si nada hubiese pasado.
El té hirviendo se enfrió lentamente sin que él bebiera un sorbo. En realidad, no hizo ningún movimiento hacia la taza servida, como si no existiera en primer lugar. Los ojos de Mu Rong An se curvaron en una sonrisa, pero ella no habló, solo tomó un sorbo de su propio té. Cuando consideró que se había quedado el tiempo suficiente en la mansión, se levantó y, mientras le daba la espalda, ella lo llamó con una carcajada.
—¡Esta humilde servidora es realmente feliz y está ansiosa por casarse con el general Ru!
Él no reaccionó a sus burlas con una respuesta. Sin embargo, su mirada, la primera en el día que le dirigía adecuadamente, estaba cargada de ira... ¿y mostraba intenciones de matar? Ella lo observó irse, ligeras risitas sacudiendo sus propios hombros.
En realidad, se sentía bastante despreocupada, ya que ella misma no podía decir si estaba asustada o no. ¡Los que estaban pálidos y asustados hasta la muerte eran en realidad sus sirvientes!
Por la noche, se enteró de que incluso el día de la boda había sido discutido. Ella ya tenía dieciocho años, y el general parecía querer casarse bastante rápido, por lo que había sido arreglado para un par de meses después del banquete de renovación.
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Dicho banquete llegó apenas dos días después. Los representantes de Fen y Qin llegaron para presentarse. Del país Fen, estaban el Príncipe Heredero y su asesor, además de algunos ministros. Del país Qin, el primo del Emperador y el hermano joven del Emperador además de los ministros. El poder era bastante equilibrado hasta ahora aparentemente. Pero en realidad el Emperador de Fen estaba al borde de la muerte y su país estaba plagado de muchos conflictos internos. El Príncipe Heredero ya había tratado con muchos que querían arrebatar su vida para ocupar su posición.
Todos los funcionarios fueron invitados con sus legítimas esposas e hijos. La ubicación era el jardín imperial, que era bastante amplio y al amparo de la noche, resultaba muy fresco y agradable.
Mu Rong An realmente no quería ir, pero no había otra opción para ella en este asunto. Así que simplemente se sentó al lado de su familia y no habló, solo sonrió y lo observó todo. El Emperador estaba alto en su silla de dragón, a su lado estaba sentada la Emperatriz, un poco más abajo había tres concubinas de primer rango. Su mirada buscó a Hen Ru Ying y lo encontró no muy lejos del Emperador, inclinándose suavemente hacia su reciente esposa, susurrando algo que nadie más podía escuchar, que los hacía sonreír.
Eran una vista bastante hermosa. Dos personas incomparablemente bellas. Hen Ru Ying tenía una cara hermosa, realmente hermosa y podía pasar fácilmente por una mujer. Realmente dejó que la gente se preguntara si las palabras como un ser celestial no se inventaron para él. Li Ming Qi también, a su lado era destacable. Aunque su belleza no resultaba compatible con la de Mu Rong An, tenía una belleza que aumentaba en la percepción de las personas, o eso dicen de todos modos. Cuanto más la ves, más bella se ve.
Mu Rong An estaba bastante impresionada de sí misma en realidad. Si esto hubiera sucedido antes, tal escenario la tendría hirviendo en cólera desde adentro, pero parecía que su peculiar manera de desahogarse la última vez, fue realmente eficiente y sabiendo que su destino original se desvió un poco, estaba bastante en paz. Ella tuvo la suficiente claridad para analizar sus sentimientos. Tal vez aún, en algún lugar de su mente o de su corazón, bueno, no es como si fuera la gran, cosa considerando lo que estaba escrito sobre ella,  pero aún puede que le guste este príncipe aunque sea un poco. Eso si, sabiendo que fue esa persona la que quería mandarla a su muerte, en realidad podía perdonar eso, pero involucrando además la muerte de su familia... Se negó a luchar por él más de lo que ya había hecho.
Mu Rong An bajó su cabeza a su té que bebió tranquilamente. A ella ya no le importaba, recientemente se sentía cada vez más aliviada. Y la razón, sin duda... ella buscó su rostro, y por supuesto, el general Ru estaba aquí. 
Él miraba hacia Li Ming Qi y Hen Ru Ying. La sonrisa de Mu Rong An se curvó ante este descubrimiento, preguntándose un poco sobre qué cara tendría él ahora. Sin duda alguna, una inexpresiva, pensó, una que ocultaba perfectamente cómo se sentía él. ¿El Segundo Príncipe realmente no sabía nada acerca de sus sentimientos por Li Ming Qi, o estaba tratando de ignorarlo en nombre de su amistad?
Al darse cuenta de que lo miraron sin duda, él cambió bruscamente su línea de visión. A esa distancia ella no podía ver su rostro con claridad, pero sin embargo estaba segura de que él la estaba mirando. Le sonrió a la distancia de todos modos antes de volver a beber su té, sin importarle lo que cualquiera pudiera decir. Sea el Emperador o sus prestigiosos invitados.
Pero, ¿quién sabía si las cosas seguirían igual o si eventualmente ella sería empujada a un pozo?
El Príncipe Heredero de Fen había hablado de bellezas, música y de la nada, se le pidió a ella que actuara, ya que llevaba el título de la persona más talentosa del año, y había tenido ese título durante cinco años. Sin embargo, este año no, este título fue arrebatado por Li Ming Qi.
Si fuera la línea de tiempo original, ella insistiría que actuara Li Ming Qi para esquivar eso, y ella le devolvería el golpe. En última instancia, mientras ella tocaba, las cuerdas de su guqin se romperían debido a la ansiedad, ya que tendría miedo de ser seleccionada para formar una alianza con el país Fen, dejándola finalmente llena de vergüenza.
Dado que el Emperador de Fen estaba al borde de la muerte, Nan estaba tratando de tener otra alianza duradera al enviar a alguien con quien casarse. El actual Emperador de Nan estaba tratando de evitar la guerra, y ella tenía miedo de ser elegida como un peón. A pesar de que quería que la paz se consiguiera sin derramar sangre, el Emperador no se había reconciliado cuando pensó que una de sus queridas hijas debía ser expulsada. Solo tenía dos que amaba mucho y las apreciaba intensamente; por eso fueron invitadas todas las hijas legítimas de sus oficiales para reemplazar a una de las princesas en este papel.
Bueno, ya no le importaba de todos modos, eso era algo que no iba suceder incluso si se trataba de ahora, ella era una mujer comprometida. ¡No es que haya cambiado nada en ella por no querer participar! Esta vez, simplemente dijo algunas palabras sobre su mala salud mientras apretaba los dientes en su corazón. Ese príncipe lujurioso, ¿quién iba a tocar para ti?
Se suponía que este mismo Príncipe Heredero sería su futuro marido, el que la torturaría y finalmente la mataría. Se había esforzado toda la noche para no mirarlo, pero ahora si resultaba posible, ¡no le importaría conducir una daga hacia su pecho!
Era famoso por su gran número de concubinas, pero no tenía esposa, y aunque su perverso sentido del placer no era algo ampliamente conocido, para Mu Rong An, que lo conocía bien, ¡era particularmente repugnante de ver! ¡A esta persona enferma realmente le gustaba ver sangre! ¡Era como su afrodisíaco!
Su padre se unió a sus súplicas, enfatizando su delicado estado también. Él se sintió particularmente agrio ante la idea de que ella tocara para estas personas. Desde que ella insistió esos últimos días de cuán enferma estaba, agregando a que ese momento su rostro se puso pálido, el Emperador no insistió y otra persona participó.
En realidad, no estaba enferma, solo se vistió un poco más sencilla que otros días y se maquilló para parecer más frágil.
Mu Rong An agradeció a su padre. Originalmente, se suponía que debía intentarlo y fracasar, pero como ella no estaba ansiosa por nadie hoy, bueno, no por los protagonistas al menos, todo salió bien. Ella acaba de bajar a su té, aparentemente minimizando sus sentidos, ¡no deseando escuchar lo que estaba pasando en absoluto!
Miró débilmente al Príncipe Heredero otra vez y escondió su burla detrás de su taza de té. ¡Realmente deseaba poder ver la muerte de esa persona!
En realidad, él fue quien hirió a Hen Ru Ying, casi haciéndolo un desperdicio. El Príncipe Heredero, Wu Wei, quería poner en peligro al país Nan y había intentado hacerlo de varias maneras. Su objetivo era, antes de acceder al trono, desestabilizar a los otros países y cuando él fuera coronado, estabilizaría su propio país para a continuación marchar hacia los otros para conquistarlos.
El país Nan había sido su primer objetivo. El Emperador de Nan solo tenía tres hijos, el primero estaba constantemente enfermo y el médico había predicho su muerte antes de los treinta años, mientras que el tercero aún era demasiado joven. Matar a Hen Ru Ying causaría un caos, aunque no era oficial, ¡todos lo consideraban el Príncipe Heredero!
Mu Rong An entonces miró a su prometido y vio en su corazón. Era una lástima, pensó con un poco de queja, ¡ella moriría antes que el desgraciado de Wu Wei! ¡No le importaría verlo sufrir! 

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