sábado, 19 de octubre de 2019

Capítulo 23


No lo hemos hecho en una semana...
Al ver a Hasegawa comiendo frente a ella, Hina exhaló un profundo suspiro.
Hasegawa no la había tocado desde que Rin llegó a la compañía. Ni siquiera le había pedido un beso.
Aunque Hina estaba extremadamente insatisfecha, no era exactamente apropiado hacer esas cosas, especialmente porque no eran novios. De hecho, la situación actual era la más apropiado e ideal.
Volvió a mirar a Hasegawa y lo vio comiendo, como si a él no le molestara su situación como a Hina. Eso la deprimió.
¿Ha perdido interés en mí?
Debido a lo que sucedió, pensamientos negativos nadaban en su cabeza.
Sin embargo, como todavía pasan tiempo juntos por la noche, Aún estaba llena de esperanzas.
—Bueno, entonces, nos vemos mañana.
Hasegawa estaba frente a Hina en la entrada, mientras decía su habitual despedida. Al verlo en la puerta, Hina se sintió incómoda y bajó la cabeza.
—Además, tengo una reunión de negocios afuera temprano en la mañana, así que tendrás que ir a trabajar sola...
—Es en la mañana, así que estaré bien. No te preocupes por eso.
Hasegawa le acarició la mejilla y le dedicó una sonrisa tranquilizadora. Esa ternura le calentó el corazón y sintió que le ardían las mejillas.
Hina colocó su mano sobre él y también le acarició la mejilla. Frente a ella, vio vagamente que Hasegawa respiraba hondo.
—¿Hasegawa?
Hina lo llamó suavemente mientras su mano rozaba los contornos de su rostro. Entonces, la atmósfera a su alrededor cambió.
Hina cerró los ojos, anticipando un beso.
Sin embargo...
¿Eh? ¿No pasó nada?
Hina esperó un momento más pero aún así no pasó nada. Ella abrió los ojos y vio a Hasegawa con los ojos ligeramente rojos y el ceño fruncido.
—Lo siento.
Hasegawa retiró la mano de su rostro y rápidamente salió por la puerta.
Hina no pudo hacer otra cosa más que mirarle la espalda mientras se alejaba.
◈◈◈
Al día siguiente, Hina salió de su departamento antes de lo habitual. La razón era que no pudo dormir bien después de que Hasegawa se fuera así. El shock de que su beso fuera rechazado la tuvo deprimida toda la noche.
Mientras resistía un bostezo a pesar de que no tenía sueño, Hina cerró la puerta.
En ese momento, escuchó el mismo sonido de bloqueo al lado. Era de la habitación de Hasegawa. Hina esperó expectante mientras miraba en esa dirección.
—Ah...
La persona que salió fue Rin Katayama. Parecía hermosa y perfecta como siempre. Se miraron la una a la otra en estado de shock.
—...Buenos días.
—Oh sí, buenos días.
Hina saludó primero. Entonces, Rin respondió en consecuencia.
—¡S-señorita Uzuki, también vive en este edificio! ¡No lo sabía!
—Si, bueno...
Después de un momento de silencio, Hina asintió mientras finalmente procesaba las palabras que Rin había dicho.
La mente de Hina estaba tambaleándose. Rin salió de la puerta de Hasegawa e incluso fue ella quién la cerró. Solo ese hecho estaba pasando por su cabeza.
—U-um, voy a salir con Kaoru, ¡así que me quedaré aquí con él los próximos dos meses!
Al escucharla llamarlo por su primer nombre mientras declaraba que estaban saliendo, Hina bajó la cabeza. A Rin no le importó su reacción y continuó.
—Pero es un secreto y tú eres la única que lo sabe, ¡así que guárdalo para ti! De todos modos, tengo que darme prisa, ¡me iré primero!
Rin subió rápidamente al elevador como para escapar. Hina permaneció congelada en el lugar y solo pudo mirar sus zapatos.
—Ya veo...
Una lágrima cayó en sus zapatos, dando paso a muchas más.
Finalmente entendió la razón por la cual Hasegawa no podía usar su habitación. Y por qué no se acercó y mantuvo sus manos lejos de ella.
—Bueno, la chica perfecta está aquí, así que ya no me quiere...
La imagen de Rin que encarnaba a su mujer ideal le vino a la mente. Hina apretó su falda con fuerza.
—Qué tonto de mi parte...
Se sentía tan triste que no podía levantar la cabeza. Debido a los esfuerzos de Hasegawa y todo lo que había hecho por ella, pensó que realmente le gustaba a él. Hina se sintió avergonzada de sí misma.
Cuando Hasegawa se le confesó, ella había predicho que si una persona cercana a su mujer ideal apareciera, él fácilmente alejaría su atención de ella. Lo que no pudo predecir era que a ella misma llegaría a gustarle ese perfeccionista. Hina respiró hondo y se secó las lágrimas.
Al momento siguiente, su teléfono celular sonó desde el interior de su bolso. Cuando lo sacó y miró la pantalla, el nombre de su ex estaba allí.
Después de que un ladrón allanó su habitación, Hide la llamó aproximadamente dos, tres o incluso cinco veces al día. Ella siempre ignoraba sus llamadas, pero de alguna manera sentía la necesidad de responderle hoy.
Una voz radiante resonó cuando se colocó el teléfono en su oído.
—¡Hina! ¡Finalmente respondiste!
—Hide...
Su voz salió un poco nasal después de que la llamada se conectó con éxito.
—¿Qué pasa? ¿Estabas llorando?
—Nada, estoy bien. De todos modos, ¿qué pasa?
Hina hizo todo lo posible para calmarse. Hide respiró hondo y luego preguntó en un tono serio.
—Bueno, ¿podemos encontrarnos esta noche?
—Lo siento, no te veré más...
Desde que le gritó en la tienda de conveniencia, sus sentimientos por él se habían enfriado por completo. Además, la había estado acosando con todas esas llamadas recientemente, lo que la molestó e hizo sentirse incómoda.
Ella no creía que los incidentes del acosador y el robo fueran culpa de él, pero su persistencia la asustó.
—No digas eso. He estado reflexionando mucho desde que rompimos. Dime, ¿podrías darme otra oportunidad?
—Lo siento. Tengo a alguien que me gusta ahora.
Ella quería reírse de sí misma después de decir eso. Justo ahora, estaba desconsolada por la persona que le gustaba.
—¿Es el chico de las gafas? ¡Deja de quererlo! ¡Simplemente te echará a un lado!
—No importa cuántas veces me llames, mis sentimientos no cambiarán.
Colgó y el teléfono volvió a sonar de inmediato, pero lo ignoró. Bloqueó el número de Hide y su teléfono permaneció en silencio hasta que llegó un mensaje de texto.
"Por favor, ten cuidado en tu camino al trabajo. -Hasegawa."
Su amabilidad ahora le resultaba dolorosa.

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