sábado, 19 de octubre de 2019

Capítulo 03


—¡Es lo peor! ¡Ese insensible, imbécil, acosador, cuatro ojos!
—Vamos, Hina. Deja ya de beber. Si tomas más que esto, ¿cómo vas a lidiar con tu resaca mañana?
—E-etá bieeen, mañana es domingo y no tengo planess...
Con las mejillas presionadas sobre la mesa del pub, Hina se rió vertiginosamente frente a su amiga. Su mano derecha sostenía una jarra de cerveza mientras que su mano izquierda colgaba descuidadamente.
En la sala privada del pub, las dos continuaron parloteando sin parar hasta altas horas de la noche. Desde ponerse al día sobre aspectos recientes de sus vidas, a quejas sobre sus compañías o rumores entre sus amigos mutuos e incluso hablaron de los últimos chismes de la farándula. Así continuaron charlando sin parar durante toda la noche.
Cuando se quedaron sin temas para discutir, la vida amorosa de Hina entró en la conversación. Hina se quejó de Hasegawa mientras bebía una jarra de cerveza tras otra. Como resultado, ella descuidadamente terminó en ese estupor borracho.
Su mejor amiga, Yumi, pacientemente la dejó quejarse hasta que estuvo satisfecha. Sin darse cuenta, ya eran las 10 de la noche.
—Por cierto, ¿por qué no te gusta ese chico? Es guapo, excelente en su trabajo, y habla de tener algo serio contigo. ¡No hay nada malo que decir sobre él! Es posible que tenga algunas deficiencias, pero solo hay que hacerles la vista gorda. De lo contrario, ¡podrías terminar solterona y perder la oportunidad de casarte!— Yumi expresó con una mirada seria en su rostro.
Mientras la escuchaba, la cara de Hina se contorsionó en disgusto.
—¡No es que el matrimonio sea la única forma de felicidad en la vida, ya sabes! ¡Ser soltera por el resto de mi vida es ciertamente mejor que estar con ese tipo de persona! Pero ahora que lo mencionas, realmente podría terminar siendo una solterona a este ritmo...
—Oh, vamos, no digas eso.
—Cállate, mujer casada.
Mientras Hina decía esas palabras entre dientes, Yumi la golpeó suavemente con el puño. Al momento siguiente, Hina se desplomó sobre la mesa.
Hina y Yumi cumplen 28 años este año. Es una época en la que el matrimonio es un tema delicado. Alrededor del 60% de sus amigos ya tienen su propio hogar, incluida Yumi, quien se casó el año pasado con el hombre con el que había estado saliendo durante siete años.
Mientras acariciaba suavemente la espalda de Hina mientras yacía sobre la mesa, Yumi masticó el edamame* con su otra mano.
(* Edamame: porotos/frijoles de soya que se comen cuando aún están inmaduros y verdes en sus vainas.)
—Ya que dijo que le gustas, ¿por qué no intentas salir con él? Y si no sale bien, ¡entonces solo rompe! ¡Es así de simple!
—...
La sugerencia de Yumi hizo que la cara de Hina se arrugase abiertamente. Honestamente hablando, él no es del tipo con el que no querría salir. Pero el problema era que, una vez que salgan, seguramente se encontrarán con las deficiencias del otro.
Además, Hina no podía amar a nadie en este momento. Porque...
—Todavía no has superado a tu ex novio, ¿verdad?
—Ugh...
Hina sintió un escalofrío por la espalda ante el comentario de Yumi, y al mismo tiempo, un nudo en el estómago.
—No es eso...
—Cielos. Solo dije eso como una broma. Eres realmente mala mintiendo...
—...
Las palabras de Hina se atascaron en su boca. Apartó la cara de Yumi y frunció el ceño.
—¡Mejor olvídate de ese delincuente!
—¡Hide no es un delincuente! ¡Es un miembro de la banda! ¡No compares al que trabaja duro para perseguir sus sueño con esos pandilleros buenos-para-nada!
—Bien bien. Y luego ese miembro de la banda que trabaja-duro-para-perseguir-sus-sueños te abandonó porque "ya no podía verte como mujer", ¿no?
—¡¡Estúpida Yumiiii!!
Hina enterró su rostro en la mesa y gimió lo suficientemente fuerte como para que la escucharan en la habitación de al lado. Tomando prestado el poder del licor, sus lágrimas se desbordaron sin parar.
Aunque ya había pasado medio año desde que rompió con su ex novio, todavía no lo había superado por completo.
—Lo siento, lo siento... Pero bueno, ya te lo dije muchas veces, ¡tienes que superarlo! Y el secreto para sanar un corazón roto es un nuevo amor, ¿sabes? Un clavo saca otro clavo ¿no?
—¿Entonces debería salir con Hasegawa? ¡Pero n-no quiero hacer eso!
Hina gimió como una niña justo cuando el mesero entró para traer su última orden. Ambas comieron los postres que ordenados y luego siguieron sus caminos por separado.
Después de bajarse del tren, Hina anduvo por el sendero junto al río. En el camino pasó a llevar una bicicleta y, aunque el contenido de su bolso se dispersó por todas partes, logró llegar a su departamento con seguridad.
Subió al elevador y presionó el piso número 5 mientras se apoyaba lánguidamente contra la pared. Cuando estaba frente a su puerta, metió la mano dentro de su bolso para buscar su llave.
—¿Ah?
Ella examinó frenéticamente el contenido de su bolso varias veces. Pero no importa cuánto buscó, las llaves no aparecían y decidió vaciar todo su bolso para seguir buscando. Entonces, sintió que la sangre se le escapaba de la cara.
—¿Qué? No está aquí ¡No está aquí! ¡Incluso mi teléfono...!
—...¿Qué estás haciendo?
Al escuchar esa voz familiar y tranquila, Hina instintivamente levantó la cabeza. El dueño de esa voz la miró con ojos somnolientos.
—¿S-señor Hasegawa?
—¿Qué estás haciendo frente a la habitación de otra persona?
Hasegawa sostuvo firmemente la llave en su mano derecha. Su expresión facial permaneció igual pero la atmósfera de alguna manera se tensó. Hina volvió a mirar a la puerta.
—...¿La habitación de otra persona? Pero esta es mi habitación...
—No. Esa de al lado es la suya. Esta es mía.
—¡¿Q-qué?! ¡¿A-al lado?!
Se sorprendió de que una voz aguda escapara de sus labios.
En un tono bajo y profundo, Hasegawa replicó:
—¿Por qué se ve tan sorprendida? ¿No se lo dije esta mañana? De ahora en adelante, seremos vecinos. ¿No me diga que ya se le ha olvidado? Tiene tan poca memoria. Agregaremos otro elemento en el plan de mejora para ayudar a aumentar sus habilidades de memoria.
—¡No, no, no, no! Cuando dijo "vecinos", pensé que se refería en un sentido más amplio. No pensé que me lo dijera tan literalmente...
—Ah, ¿entonces es así? De todos modos, dejando eso de lado, volvamos a la primera pregunta. ¿Qué está haciendo aquí?
—Porque...
Los ojos de Hina vagaron a su alrededor mientras reflexionaba sobre qué decir. Si ella le decía la verdad, definitivamente la tomaría por tonta. En la oficina, era conocida como una mujer capaz. Pero teniendo en cuenta el incidente de esta mañana, Hasegawa seguramente la etiquetaría como una mujer inútil una vez que se enterara de su descuido con sus llaves.
Sin embargo, Hasegawa la miró como si pudiera leer sus pensamientos y dijo burlonamente.
—No puede ser que "perdió sus llaves en alguna parte" y no pudo entrar a su habitación, ¿verdad?
—...
Hina sintió que el sudor frío emergía de su cuerpo. Su rostro se puso rígido y apartó los ojos de Hasegawa. Al ver su reacción, Hasegawa asintió a sabiendas.
—Bueno... ¿Qué hay de su teléfono?
—Lo perdí junto con la llave...
—¿Cuánto efectivo le queda en su billetera? ¿Qué tal su tarjeta de crédito?
—Me quedan 1500* yenes y mi tarjeta de crédito está en casa...
(*N/T: 1500 yenes son unos 14 dólares o 12.70 euros.)
—Ya veo...
Hasegawa guardó silencio y se cubrió la boca con la mano como para reflexionar sobre algo. Después de unos diez segundos, levantó lentamente la cara y, en un tono de negocios, le dijo a Hina.
—Bueno, entonces, por favor elija. ¿Entrará sin quejarse a mi departamento o dormirá afuera? ¿Cual opción prefiere?

1 comentario: