sábado, 19 de octubre de 2019

Capítulo 12


Mientras el sol se ponía al oeste de la montaña, el cielo se tiñó con un color anaranjado vibrante y tenía una textura como la del humo de un incienso. Mientras miraban el atardecer a su derecha, los dos continuaron caminando lentamente.
—No pareció que fuera una cita después de todo...— Se lamentaba Hasegawa. ni siquiera se tomaron de las manos camino a casa, así que no pareció una cita en lo absoluto.
Sin embargo, hablaron casualmente, y su distancia, incluso sin tomarse de las manos, era cómoda.
—Oh, ¿podemos pasar por la tienda de conveniencia? Tengo que comprar la cena...
Comentó Hina mientras señalaba a un establecimiento iluminado a unos 10 metros de distancia. Hasegawa volvió la cabeza mientras cruzaba los brazos.
—¿No cocinas para ti? Cuando probé tu comida antes, no estaba mal hecha.
Probablemente estaba hablando del Hot Pot. Perfeccionista como era, fue sorprendente que considerara una olla de verduras en rodajas como un plato hecho y derecho. Parece que juzgaba la comida según el sabor.
—Bueno, he estado viviendo sola desde que estaba en la universidad, así que no hay prácticamente nada que no pueda hacer, pero es una molestia cocinar para una sola persona. Y luego de un tiempo viviendo sola, descubrí que los alimentos de la tienda de conveniencia son realmente deliciosos...
—Ya veo. Nunca los he probado...
—Entonces... ¿qué tal probarlos en la cena de esta noche?
Hina sugirió casualmente, pero la cara de Hasegawa se nubló. Hina lo notó y trató de retractarse de sus palabras.
—Um, no le gusta después de todo, ¿verdad? Olvide lo que dije.
—¿Cree que estoy preocupado por las calorías y los aditivos? Bueno, sería una mentira si dijera que no, pero...
Hasegawa gimió mientras fruncía el ceño. Hina estudió su expresión, parecía estar perturbado.
—Entonces, ¿por qué hace esa cara?
—¿No tienen las tiendas de conveniencia una amplia selección de alimentos? No tengo idea de qué elegir.
—¿No está bien mientras coma lo que quiera? ¿O si es el caso, quiere que lo ayude a elegir?
Hasegawa parpadeó y luego felizmente dijo: 
—Sí, por favor.
◈◈◈
—Creo que me llevaré un oyakodon*. ¿Hay alguna comida que no le guste, Hasegawa?




¿Hay alguna comida que no le guste, Hasegawa?

(*N.T: es como cerdo, huevo y cebolla cocidos en una salsa que al final se sirve en un cuenco de arroz.)
—No, realmente no tengo nada que no me guste.
—Entonces, ¿qué pasa con su plato favorito?
—Mi plato favorito...
Frente al puesto de bentos dentro de la tienda de conveniencia, un hombre adulto y alto estaba pensando profundamente con la mano en la barbilla. Parecía bastante surrealista y Hina se rió ligeramente.
Después de darle algunas recomendaciones, Hina dejó que Hasegawa se tomara su tiempo para elegir por su cuenta. Luego se dirigió a la sección de revistas para mujeres. Mientras hojeaba una, sintió que la presencia de alguien se acercaba detrás de ella. Lentamente giró la cabeza y preguntó.
—Entonces, ¿ha decidido, Hasegawa?
—¿Hina?
—¿Huh...? ¿Hide?
De pie allí no estaba Hasegawa sino su ex novio con quien había roto hacía ya medio año. Su cabello rubio ahora estaba teñido de negro y, en lugar de su habitual ropa estilo punk, llevaba un traje bastante formal.
Pensando en lo diferente que se hallaba desde la última vez que lo vio, Hina se quedó sin palabras ante la inesperada reunión. Hide se acercó lentamente.
—¡Ha pasado tiempo! ¿Cómo has estado? ¿Sigues viviendo en ese departamento?
—¿Ah? Sí...
—¿Ocurre algo con eso? No pareces estar bien.
Le dio un pequeño codazo en el hombro y Hina tembló al sentir su contacto. Luego se aferró a sus hombros y giró su cuerpo hacia él mientras le daba una sonrisa brillante.
—¡Oye, adivina qué! He estado buscando trabajo desde entonces, ¡y hoy acabo de regresar del trabajo! Finalmente, después de romper contigo, me di cuenta de lo tonto que era perseguir ciegamente ese sueño.
—... ¿Así que así fue?
—Cuando perseguía mi sueño, siempre estaba un poco gruñón e incluso me desquitaba contigo, ¿no? Aunque realmente no quise decir lo que dije, y al final nos separamos. Y a pesar de que el trabajo es duro, realmente lo estoy disfrutando.
La conversación era ligera, pero dentro de su pecho, Hina sintió que su corazón se enfriaba.
Le había gustado la naturaleza trabajadora e implacable de su novio cuando estaba en la búsqueda de su sueño. Le gustaba cómo todos los días discutían lo que harían y lo que no, ya que se imaginaban su futuro juntos una vez que tuviera su gran debut. Ella no quería ser una carga para él. Pero ahora, Hina se dio cuenta de que lo que realmente le gustaba era su espíritu perseverante para lograr sus metas.
Y la persistente presencia de él en su corazón ahora había desaparecido. Se sintió un poco triste por eso.
—¡Ya veo! ¡Me alegra que te haya resultado bien! ¡Buena suerte con tu trabajo! También continuaré trabajando duro por mi cuenta.
Mientras ella trataba de alegrarse por él, la cara de Hide gradualmente se volvió más seria.
—Acerca de eso... Puede ser extraño decir esto ahora pero...
Él agarró sus hombros con más fuerza. La cara de Hina estaba ligeramente distorsionada por el dolor.
—Verás, cuando terminamos, finalmente me di cuenta de lo importante que eras para mí...
—¿Ah?
—Sé que este no es el mejor lugar para decir esto, pero... ¿podemos volver a estar juntos?
—¿Volver...?
No estaba segura de si lo había escuchado correctamente, por lo que solo podía repetir sus palabras como un loro. Al ver su reacción aturdida, Hide fortaleció su agarre sobre sus hombros.
—M-me duele...
—Quiero decir, no estabas dispuesta a romper conmigo entonces, ¿verdad? ¿Ahora puedo sobrevivir sin tener que depender de ti y si vivimos juntos, podemos dividir el alquiler ¿no estaría bien?
—¿Qué?
Hina estaba confundida y quería que le explicara mejor todo. Hubiera estado feliz de escuchar esas palabras hace un tiempo, pero ahora, ahora ya era tarde. Ya no sentía lo mismo por él.
No era que a ella le desagradara. De hecho, su existencia no era algo que ella pudiera olvidar incluso si lo quisiera. Es solo que ya no lo veía con la misma luz que antes.
—Yo...
Cuando ella abrió la boca para rechazarlo, alguien agarró repentinamente su brazo. Ella pensó que era Hide pero otra voz familiar hizo eco en su oído.
—Hina, vamos a casa.
—¿Ah?
De repente, al escuchar su nombre siendo pronunciado dulcemente, la voz de Hina se quebró. Levantó la mirada y, efectivamente, era la voz de Hasegawa la que la había llamado. Una pizca de ira cruzaba sus ojos y ella sintió que un escalofrío recorrió su espalda.
—¿Usted qué está...?
Hide preguntó en voz baja. Usaba un tono como para decir que no retrocedería sin pelear.
—Parece que eres lento para entender. Obviamente, ella y yo estamos en una relación, una en la que nos vamos a casa juntos.
Hide parecía impactado y levantó la voz.
—Tú... solo ha pasado medio año, ¿pero ya te has olvidado de mí y sales con este tipo de sujeto?
Los ojos de los clientes de la tienda se dirigieron hacia ellos. Al ser observada por miradas juzgadoras, Hina se escondió inconscientemente detrás de Hasegawa. Esta acción avivó aún más las llamas de ira dentro de Hide.
—¿Qué demonios? ¡Cuando rompí contigo insistías en que no querías separarte de mí! ¡Eres una chica que abre las piernas a cualquiera después de todo!
—Mejor nos vamos. Se me van a pudrir los oídos.
Mientras sostenía los brazos de Hina, Hasegawa salió de la tienda de conveniencia. 
Arrastrada por él, Hina no pudo ocultar la sorpresa en su rostro por lo que acaba de suceder.

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