sábado, 19 de octubre de 2019

Capítulo 10



Una cálida luz era irradiada desde el elevado techo pintado de blanco, donde una lámpara colgante iluminaba hileras de ropa brillante y colorida. De alguna manera daba la ilusión de que el maniquí blanco te llamaba a acercarte.
Dentro de la tienda de ropa, Hina lanzó un pequeño suspiro. Recientemente, solo había estado usando ropa de moda rápida, por lo que no había ido a una tienda tan sofisticada en el último tiempo.
—Hina! ¡Vamos a comprar ropa a juego para la cita doble!
Por esa razón, Mei la arrastró hasta allí. Sintiéndose un poco intimidada por la atmósfera glamorosa de la tienda, Hina observó a Mei, que felizmente estaba eligiendo ropa delante de ella. Su maquillaje se veía impecable a pesar de que habían terminado el trabajo del día. Su cabello todavía era tan hermoso como lo era en la mañana. Tenía las uñas pintadas de color rosado beige y llevaba zapatos de tacón alto pulidos.
Hina también usaba maquillaje, pero en contraste, se veía diferente a Mei con su cabello sobresaliendo por todas partes. Hina se miró en el espejo y después de compararse con su linda amiga, sus hombros cayeron ligeramente.
La voz habitualmente alegre de Mei la sacó de su ensueño.
—Ahora que lo pienso, ¿por qué no me hablaste de Hasegawa hasta ahora?
—No es algo que pueda decir casualmente, ¿verdad?
—Bueno, si fuera yo, seguramente me jactaría de ello.— Mei ladeó la cabeza hacia un lado.
Al final, Hina se vio obligada a contar todo sobre la confesión de Hasegawa. Pero debido a que no era solo su historia para contar, solo transmitió sus sentimientos y porqué no quería salir con él. Por supuesto, ella no dijo nada acerca de que una noche no pudo entrar a su casa y tuvo que quedarse a dormir con él en consecuencia.
Mei es una colega junior con la que se llevaba bien desde que se unió a la empresa. Ella no pensaba que fuera a comentar este asunto con otras personas, pero podría tener un resbalón en la lengua, así que decidió mantenerlo en secreto.
No quiero que se extiendan rumores extraños...
Pensando así, Hina miró a Mei de reojo y la vio escogiendo ropa mientras tarareaba.
—¡Hina! ¿Qué tal esto? Tienes unas piernas hermosas, así que creo que te quedará muy bien.
Era un vestido de punto beige claro. Tenía un diseño de cuello de tortuga y su longitud era hasta la rodilla.
Mei alineó el vestido en el cuerpo de Hina frente al espejo. Hina frunció el ceño un poco, ya que estaba muy lejos de su estilo habitual.
—¡Apuesto a que a Hasegawa también le gustará! ¡Vamos a comprarlo!
—Te lo he estado diciendo, pero la ropa elegante no es para mí. Y de todas formas, no tengo intención de satisfacer el gusto de Hasegawa.
Poniendo los ojos en blanco, Mei dijo con un puchero.
—¡Es una pena! ¿No es Hasegawa un buen partido?
—Entonces, ¿te gustaría salir con él?
—Mi estómago se enfermaría por el estrés, ¡así que no!
Hina entrecerró los ojos y se rió ligeramente.
—Pero, todavía creo que deberías venir vestida más a la moda. Hasegawa es muy detallista y observador y si vienes con ropa rara, ¿no destacarías? ¿Estás segura de que estarías de acuerdo con eso?
—Ugh...
Hina no pudo negarlo. Mei puede considerarse una belleza, y a pesar de su comportamiento juguetón, ella tiene un encanto que enamorara a la mayoría de los hombres. Al igual que ella, Hasegawa también era muy guapo, e imaginándose a sí misma de pie junto a él, se estremeció con repugnancia. Ella no tenía idea de cómo era el novio de Mei, pero teniendo en cuenta que eligió a una chica como ella, probablemente esté a su mismo nivel. Si ella se viste con su estilo habitual, definitivamente reunirá varias miradas de desaprobación.
—Lo siento, creo que no iré después de todo...
—Por el amor de Dios, ya hasta hemos comprado los boletos, ¡no puedes retirarte ahora!
—...
Mei sacó los boletos y se los enseñó. Hina finalmente se rindió y aceptó su derrota.
Mei tiró de su mano y sonrió alegremente.
—Solo ríndete y sé mi muñeca para vestir, ¿de acuerdo?
Al final, presionó a Hina para comprar el vestido de punto. Esperaba con ansias el domingo con un sentimiento melancólico.
◈◈◈
—¡Qué buen clima para ir a una cita! ¿verdad, Hina?
—Correcto...
Hina no se sentía particularmente feliz mientras miraba hacia el cielo azul. Los gritos ensordecedores de las personas que viajaban en la montaña rusa frente a ellos resonaron en sus oídos.
Había pasado bastante tiempo desde la última vez que vino al parque de diversiones, pero la música y las personas eran las mismas que en sus recuerdos.
—¿No te sientes bien?— Preguntó Hasegawa y se acercó a su lado. Puso sus manos sobre su frente y Hina inmediatamente saltó sorprendida.
—¡Estoy bien! ¡Y por favor, no me toque tan casualmente!
—Hina, ¿estás avergonzada? Qué lindo~ — Bromeó Mei mientras hacía un corazón con sus manos. Hina arrugó las cejas ante ese gesto.
—Realmente no...
—Otra vez-
—¡Mei, no deberías burlarte tanto de la gente, lo sabes!— Yuma, el novio de Mei, la reprendió. Hina imaginó a un tipo más llamativo, pero el novio de Mei parecía modesto y reservado. Mei había dicho que era un año más joven que ella. Él sonrió suavemente mientras agitaba su cabello negro. Hina sintió que su expresión gentil era un testimonio de su carácter.
—Bueno, Yu.— Mei se disculpó ligeramente con una dulce voz mientras entrelazaba sus brazos con los de él. Las mejillas de Yuma se sonrojaron inmediatamente como un niño.
—Comparado con eso...
Hina murmuró mientras miraba a Hasegawa, cuyos brazos estaban cruzados a su lado. Llevaba su expresión fría habitual pero mantuvo la mirada fija en la interacción de la pareja más joven.
—No es lindo en absoluto...
—¿Hay algo mal?
Al escuchar la voz de Hina, Hasegawa bajó la cabeza y la miró. Detrás de sus fríos ojos, quería comentar si ese era un comportamiento apropiado para tener hacia la persona que le gustaba, pero decidió no hacerlo. No quería hacer una escena y terminar siendo un hazmerreír.
—Oh, ¿también querías tomarme del brazo? Adelante.
—N-no, gracias!— Hina chilló cuando Hasegawa se rió entre dientes, lo que la hizo darse cuenta de que había sido, de todas formas, objeto de burlas.
—¡!
—Hina, Hasegawa, vamos...
Mei felizmente los llamó a la distancia. Hina apartó su rostro de Hasegawa, agitó las manos hacia Mei y caminó rápidamente para alcanzarla.


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