sábado, 19 de octubre de 2019

Capítulo 17


Unos días después, el rumor de que Hina y Hasegawa llegaban a al trabajo juntos se extendió por toda la empresa.
—Disculpa, ¿es cierto que está saliendo con Máscara de Hierro?
Era la quinta vez que le hacían la misma pregunta el día de hoy. Hina suspiró suavemente mientras miraba al hombre que le preguntaba.
Dentro del área de despensa, y sin que nadie lo notara, se convirtió en una sala para fumadores, el colega de Hina fumaba un cigarrillo mientras ella se servía una taza de café a su lado.
La cara del hombre palideció y su cuerpo tembló de miedo ante la penetrante mirada de Hina.
—Q-quiero decir, ustedes llegan a trabajar al mismo tiempo e incluso se van a casa juntos, ¿verdad? Es comprensible que vinieran a trabajar juntos, ¡pero incluso ir a casa así es simplemente extraño! ¡Es imposible no encontrarlo sospechoso!
—Como dije, es solo una coincidencia...
—¡De ninguna manera! ¡Ha sucedido demasiadas veces como para que fuera una simple coincidencia! Además, muchas personas los han visto llevarse bien en el camino de regreso.
Señaló con la punta del cigarrillo en su dirección y Hina frunció el ceño. No le gustaba el olor a cigarrillo y quería decirle que dejara de fumar, ya que es malo para la salud, pero no era el momento adecuado.
—Eso es porque vivimos en la misma dirección...
—Qué sospechoso... En serio, ¿qué está pasando entre ustedes dos?
—¿Qué está pasando, dice...?
—Están saliendo, ¿verdad?
El rostro de Hina se puso rígido ante las palabras de su colega. Ella y Hasegawa habían pasado mucho tiempo juntos dentro de la compañía. No sería una sorpresa si la gente asumiera eso.
Mientras intentaba negarlo sin poder hacer nada, Hina sintió que un sudor frío le goteaba por la frente y abrió la boca enojada.
—Realmente, solo se lo está imaginando. Por cierto, ¿no acaba de recibir una llamada de un cliente del que está a cargo? ¿No va a devolver esa llamada?
Un poco impaciente, su compañero de trabajo rápidamente apagó su cigarrillo.
—¡Lo olvidé! ¡Gracias por recordarme!
Su colega se fue de inmediato. En el momento en que Hina escuchó que se cerraba la puerta, dejó escapar un suspiro de alivio.
Hina estaba molesta por el olor a cigarrillo que le golpeaba la nariz y el persistente rumor que le picaba las orejas como un enjambre de abejas. En primer lugar, es una cortesía de sentido común no dirigir el humo del cigarrillo a otras personas. Tomando un sorbo de su café recién hecho, Hina sacudió la cabeza para calmarse. Ella no podía volver al trabajo sintiéndose así.
Se quedó allí por un tiempo y justo cuando terminó de descansar y estaba a punto de volver al trabajo, la puerta de la despensa se abrió de golpe y se encontró cara a cara con su kohai, Mei. Hina soltó un murmullo de sorpresa.
—¡Hina! ¡Finalmente te encontré! Quiero preguntarte algo, ¿estás libre ahora?
—¿Qué ocurre?
La cara de Hina se crispó con una inquietante premonición. Sin embargo, Mei no lo notó y le sonrió, con los ojos llenos de curiosidad.
—¿Cómo ha progresado tu relación con Hasegawa?
—¡Ponte a trabajar!
Después de que le hicieran la misma pregunta por sexta vez hoy, Hina tuvo suficiente y salió del área de despensa.
◈◈◈
—¡T-tengo algo que decir, Hasegawa! ¿Por qué no vamos a trabajar por separado por las mañanas?
—¿Has encontrado a alguien más que te acompañe? Realmente no me importa seguir así.
Frente a él, Hina frunció los labios con insatisfacción mientras reanudaba su cena.
Después del trabajo, los dos estaban comiendo juntos como si fuera de lo más natural. Comenzaron a cenar juntos hace sólo unos días, pero por el ambiente tranquilo entre ellos, parecía que lo habían estado haciendo durante varios meses.
Era sinceramente molesto que ella tuviera que cocinar para él cada dos días, pero que alguien aprecie la comida que preparaba se sintía maravilloso. Del mismo modo, tener a alguien que cocine para ella fue una experiencia bastante agradable. Como tal, Hina sintió que su relación no era tan mala.
Hablando de eso, hoy en el departamento de Hasegawa, fue el turno de él de cocinar. La comida que preparaba siempre era algún platillo elaborado y parecía extremadamente apetitoso. Su excusa era que: "Solo quiero presentarle algo más delicioso de lo que esperarías", insinuando que estaba haciendo todo lo posible para impresionarla.
No dispuesta a admitir la derrota, Hina también hizo todo lo posible en la cocina. Seguramente algún día ella ganaría esta batalla. No era una profesional, pero tenía confianza en su habilidad. Desafortunadamente, Hasegawa era un poco mejor que ella.
Hoy, por ejemplo, había preparado nuevamente platos bastante elaborados. Había ensalada de verduras, sopa de vegetales, estofado de ternera y pan, todo perfectamente alineado sobre la mesa.
La mesa no era la misma que la mesa central que usaban antes; ahora era una mesa de comedor para dos. Parecía que Hasegawa la compró cuando se mudó y finalmente había llegado hacía poco.
—Mmm, ¡este guiso está delicioso! ¡Podría competir con la comida de un restaurante!
—Bueno, eso es fácil. Solo tiene que preparar los ingredientes un día antes y luego cocinarlos a fuego lento. Te puedo enseñar la receta. ¿Qué tal cocinarlo juntos la próxima vez?
—Me pregunto si puedo lograrlo... ¡pero haré todo posible!... De cualquier modo, volvamos al tema.
El rostro de Hina se ensanchó en una sonrisa, pero rápidamente cambió su enfoque hacia lo que inicialmente quería discutir. Frente a Hasegawa, levantó la voz como si presentara una protesta.
—Las mañanas están bien y me encuentro tranquila, pero durante las tardes y la noche estoy definitivamente preocupada e inquieta. Por lo tanto, vamos a viajar por separado durante las mañanas.
—Tienes razón, es brillante por la mañana y no importa si vamos por separado, pero tomamos el mismo tren a la misma hora, ¿no?
—Ugh...
Ella no podía refutarlo ya que era cierto, así que Hina solo frunció los labios. Al ver eso, Hasegawa sonrió suavemente.
—Lo dije antes, solo dí la verdad a las personas en las que quieres confiar. Después de todo, si lo dejas en paz, las personas eventualmente perderán interés y el rumor se diluirá con el tiempo.
—Incluso si dice eso...
—Entonces, ¿quieres convertir el rumor en realidad?
Hasegawa entrecerró los ojos mientras extendía su brazo hacia Hina. Su gran mano rozó su mejilla, luego trazó una línea debajo de sus labios. Los hombros de Hina saltaron ante el gesto.
—Tenías comida en tu mejilla.
Hasegawa dijo mientras se lamía el pulgar. La espalda de Hina se puso rígida y sus mejillas se volvieron calientes. Se sonrojó furiosamente cuando la temperatura de su cuerpo aumentó. 
Mirándola, Hasegawa inclinó un poco la cabeza.
—Oh, ¿no estás reaccionando violentamente hoy? Por lo general, te vuelves loca y dices "¡¿Qué estás haciendo?!" o algo así...
—E-eso es...
—¿Podría ser que finalmente has decidido salir conmigo?
Hasegawa no cambió su expresión y eso la molestó un poco. A pesar de que fue él quien se le confesó, era Hina la que parecía estar siempre nerviosa. Sintió que su corazón iba a explotar, pero él se mantuvo tercamente compuesto.
—¡No lo he hecho!
—¿De verdad?
Hasegawa miró a Hina como si pudiera ver a través de sus sentimientos. Ella apartó la mirada y bajó la voz.
—De verdad.
—¿Estás segura?
A la tercera vez que le preguntó lo mismo, Hina se sintió molesta y se levantó bruscamente. Hasegawa alzó la vista sorprendido.
—Me voy a casa.
Ella lo había notado antes, pero Hasegawa nunca cambiaba su expresión, incluso cuando hablaba de ese tipo de cosas. De alguna manera eso la irritaba.
Había sido así incluso cuando los rumores comenzaron a esparcirse. Mientras que ella siempre se ponía roja cuando alguien le preguntaba, él se las arreglaba para decir "no, ese no es el caso" con un tono de negocios. No era como si ella quisiera que él también se pusiera nervioso o entrara en pánico, pero simplemente sintió que era injusto.
Se estaba preparando para irse, pero cuando estaba a punto de alcanzar su plato, Hasegawa le cogió la mano.
Ella parpadeó con asombro mientras miraba a Hasegawa, cuyo rostro estaba surcado por la ira.
—¿Por qué te estás yendo?
—Por qué, preguntas...
Todavía sosteniendo su mano, Hasegawa se levantó de su asiento y se paró frente a Hina. Su mano, expresión y palabras, todas la hicieron sentir ansiosa y confundida.
—...Por nada...
—No puede ser por nada. ¿He hecho algo? ¿Fui demasiado lejos?
Después de reflexionar sobre su pregunta, Hina sacudió la cabeza.
—No, es solo que... no me gustó tu expresión...
—...¿Expresión?
—Se siente como si fuera la única nervioso cada vez que... y me irritó.
Mientras ella confesaba sus motivos, los ojos de Hasegawa se abrieron de par en par. Después de un rato, su expresión se volvió normal.
—No es como si estuviera tratando de ser genial...
—... De alguna manera, se siente injusto.
—¿Quieres verme ponerme nervioso y sonrojarme?
—Eso...
Mientras trataba de evadir la respuesta, Hina volvió la cara. Hasegawa se acercó lentamente con una sonrisa traviesa en su rostro.
—Hina, ha pasado un tiempo, ¿qué tal si nos besamos?
—¡¿Qué?!
Hina chilló sorprendida.
—¿Quieres que me ponga rojo, no? Y yo solo quiero besarte. Eso mata dos pájaros de un tiro, ¿verdad?
Mientras su rostro se acercaba, Hina intentó darse la vuelta. Pero Hasegawa rápidamente la atrapó por las caderas quitándole las vías de escape.
—¡N-no vamos a hacer eso! ¡Solo se hace eso con alguien con quien estás saliendo!
—"Con alguien con quien estás saliendo", dices. Pero ya te he invitado a salir, ¿no?
Mientras lo decía, la cara de Hasegawa se fue acercando aún más. Estaba lo suficientemente cerca como para que ambos pudieran sentir la respiración del otro. Hina cerró los ojos sin pensar.
—Recientemente eres mucho más receptiva. ¿O es solo mi imaginación?
Hasegawa le susurró al oído y el rostro de Hina se puso caliente. El calor de su aliento se extendió desde su oído a todo su cuerpo. Cuando ella tragó saliva, la garganta de Hasegawa vibró mientras él se reía.
Luego la abrazó con fuerza.
—Por favor, enamórate de mí pronto, ¿de acuerdo?
Después de escuchar esas palabras, Hina sintió la piel de gallina por todo el cuerpo.
—¡¡D-disculpeme!!
—Ah...
Hina se apartó del abrazo de Hasegawa, agarró su bolso y salió de la habitación. Mientras respiraba pesadamente en el pasillo, se abofeteó las mejillas enrojecidas varias veces.
—Oh no, esto no es bueno. ¡Estoy siendo arrastrada!
La temperatura de Hina estaba subiendo de nuevo, así que agarró la manija de su puerta mientras trataba de calmarse.
En ese momento, se dio cuenta de que la puerta que se suponía que estaba cerrada, por alguna razón estaba abierta.
—Eh, por qué está abierto...
Tras una inspección más cercana, el ojo de la cerradura parecía haber sido roto por algo así como un taladro eléctrico. El calor corporal que intentaba suprimir hace un tiempo se enfrió en un instante.
Cuando vio el horrible estado de su habitación, Hina gritó de miedo.

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