sábado, 19 de octubre de 2019

Capítulo 08


—Si lo odia, entonces aléjeme, ¿de acuerdo?
Después de decir eso, Hasegawa colocó un ligero beso en la punta de su nariz. Cuando los hombros de Hina saltaron sorprendidos, él a continuación besó su párpado de la misma manera.
Ella quería resistirse pero su cuerpo no se movió. Sus manos estaban libres, así que si quería alejarlo, podía hacerlo libremente. Ella puso sus manos sobre su pecho y lo empujó ligeramente.
—¿Está bien?— Él pidió una última confirmación al ver que ella no se resistía.
—¡No! ¡No puede!
Hina sacudió un poco la cabeza y con más fuerza que antes, lo apartó. Su cara impotente se había puesto caliente y su corazón latía tan fuerte que podría salir de su cuerpo en cualquier momento.
Hasegawa colocó su rodilla entre sus piernas y acortó la distancia. Acercó su rostro lo suficiente como para que sus labios casi pudieran tocarse y le susurró en voz baja.
—En ese caso, resístase más.
—¡Ahh!
Como para bloquear las palabras de su boca, Hasegawa presionó sus labios contra los de ella. Comenzó con besos ligeros de pluma, pero gradualmente se volvió más profundo y exigente, como para devorarla. Todo lo que podía escuchar era el sonido de la saliva y las lágrimas brotaron del rabillo de los ojos de Hina.
Al ver su expresión, Hasegawa retrocedió un poco. Luego, con una voz ligeramente abatida, dijo.
—¿Lo odiaste tanto como para llorar?
—No... ¡E-estoy avergonzada! Mi cabeza no se ha dado cuenta de esta situación y estoy confundida...
—Eso es un alivio.
—¿Huh?
—Eso significa que está bien si sigo, ¿verdad?
Hace un momento parecía derrotado, pero su estado de ánimo se aligeró en un instante y Hasegawa levantó ligeramente la comisura sus sus labios.
Al mirarlo a la cara, Hina se dio cuenta de su error.
—¡No, no es eso!
—Creo que debería aprovechar al máximo esta oportunidad.
—¡Hasegawa! ¡Espere!
—Está bien si te enamoras de mí más tarde. No planeo rendirme...
Hasegawa colocó su mano sobre el dobladillo de su ropa interior. Cuando su ancha mano tocó su abdomen, Hina sintió un escalofrío por todo el cuerpo.
Ella era consciente de que estaba siendo arrastrada.
Aunque sabía que se tenía que resistir, de alguna manera no podía moverse.
—Me gustas, Hina.
Le susurró al oído, que ardió de inmediato. Luego sus labios se unieron nuevamente.
De repente, un fuerte sonido resonó en la habitación rompiendo la cálida atmósfera.
La mente de Hina, ante ese ruido, volvió a la realidad.
—¿Qué fue eso?
Mientras escuchaba la voz hosca de Hasegawa, Hina sacudió desesperadamente su cabeza de un lado a otro, tratando de encontrar la fuente del sonido.
Tras forzar su cerebro, sintió que el sonido era similar al tono de llamada de la aplicación que usualmente usaba. Pero eso era imposible porque perdió su teléfono celular ayer.
—¡Oh!
Hina siguió el sonido debajo de su sofá. Era su teléfono celular después de todo.
—Mi celular. Parece que lo olvidé ayer en casa.
—Buen distractor.—Hasegawa suspiró exasperado.
Hina miró la pantalla de llamada entrante. Se mostró el nombre "Yumi". En el momento en que presionó el botón de respuesta, una voz teñida de ira y alivio gritó desde su teléfono.
—¡Hina! ¡Estaba locamente preocupada! ¿Estás bien? ¿Llegaste a casa de forma segura?
—¿Huh? ¡Ah sí! ¿Que pasa tan de repente...?
—¡¿Me dices qué pasa?! ¡Dejaste la llave de tu casa ayer en el pub! Te llamé ayer pero no pude contactarte de ninguna manera. ¡Realmente me asusté por tí!
Hina hizo una mueca ante la preocupación histérica de su amiga. Pero afortunadamente, sus llaves estaban con ella. Le explicó que ya había conseguido una nueva llave, y el teléfono que pensó que estaba perdido, estuvo en su casa todo el tiempo. Yumi suspiró aliviada.
—Eres tan torpe como siempre. Entonces, ¿dónde dormiste ayer? ¿No me digas que dormiste afuera toda la noche?
—Umh...
Mientras dudaba, Hina miró a Hasegawa que también la estaba mirando. Su rostro palideció un poco.
—Lo siento. Te lo diré la próxima vez...
Hina terminó la llamada en ese instante. Sintió que Yumi estaba comenzaba a decir algo más pero fingió no escucharlo y cortó.
Luego volvió a la realidad frente a ella. Hasegawa todavía la estaba mirando.
—¿Vamos a continuar entonces?
—¡No!
Esta vez, reuniendo todas sus fuerzas, ella lo empujó mucho más resuelta.
◈◈◈ 
—La persona de la llamada... era una chica, ¿no?
Preguntó Hasegawa mientras se ponía los zapatos en la entrada. A pesar de que podía colocárselos descuidadamente ya que vivía en la casa de al lado, todavía se preocupaba de atar bien sus zapatos.
Hina miró a Hasegawa que estaba sentada en la entrada.
—Sí. ¿Y?
—La persona con la que saliste ayer, ¿era esa misma persona?
Hina asintió con la cabeza.
—¿Saliste con alguien más?
—¿Ayer? No, solo fue Yumi.
—Ya veo...
Hina sintió que su voz estaba enmascarada de alivio. 
Hasegawa, quien acababa de terminar de atar sus zapatos, la enfrentó.
—Me siento aliviado.
—¿Eh? ¿Acerca de qué?
—La persona con la que estuviste ayer fue una mujer. Hasta hace nada pensaba que habías estado bebiendo con un hombre... Además, ese hombre estaba casado y tú estabas teniendo una aventura con él.
—¡¿Una a-aventura?!
Hina estaba desconcertada por el inesperado malentendido. Hasegawa se apretó el puente de la nariz mientras levantaba el borde de sus gafas.
—Me alegro de haber entendido mal. Pensé que me había enamorado de alguien que cometía adulterio y no podía hacer gestión de riesgos.
—Gestión de riesgos...
Hina se sintió aliviada al saber que esta persona pensaba correctamente en el amor. Quizás para él, el amor era como una fusión entre dos compañías. Y así, ella podía entender su fijación en su tipo ideal. Pero si eso era lo que realmente pensaba, entonces Hina nunca se enamoraría de él. Porque sus perspectivas eran muy diferentes.
—Um-
Hina estaba a punto de decírselo, pero de repente vio sus orejas. Estaban tan rojos como los tomates.
—Rojas. Sus orejas están rojas, ¿sabe...?
Hasegawa se alejó aterrorizado y luego le dio la espalda a Hina. Mirando a su espalda, un pensamiento cruzó por su mente.
—¿Podría ser que... estaba usted celoso?
—...
—¿Hasegawa?
—... ¡¿No es obvio?! ¿No te dije que no me gusta verte hablar con otros empleados varones?
Los ojos de Hina miraban su espalda con asombro. Hace un momento estaba relajado, pero ahora era diferente, como si se tratara de otra persona. Ella no podía asegurarlo, pero tal vez él estaba ansioso.
Al darse cuenta de eso, sintió que se acercaban un poco más.
—Bueno, entonces me voy.
—Está bien.
Hina observó cómo Hasegawa avanzaba mientras se iba. Pero justo cuando estaba a punto de cerrar la puerta, se dio la vuelta. Su cara parecía tan estoica como siempre.
—Gracias por el ofrecimiento a comer. Fue realmente delicioso...
Mientras hablaba, Hasegawa tocó ligeramente sus labios. Hina cerró la puerta de golpe y su rostro se puso de un rojo brillante.

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